Mié 12.08.2015

LA VENTANA

Los medios y el salario de los presos

La información publicada sobre el salario que recibirán las personas que trabajan estando privadas de su libertad habilita a Nadia Koziner para encuadrar el debate entre dos corrientes teóricas: el Establecimiento de Agenda (Agenda Setting) y el Encuadre (Framing).

› Por Nadia Koziner *

En los últimos días, un medio de comunicación publicó una noticia titulada “Aumentaron el sueldo a los presos: ahora ganan 46% más que un jubilado”, que se difundió como reguero de pólvora. Fue replicada rápidamente por otros medios y muchos indignados sin tapujos compartieron en las redes sociales la ira que les despertó el hecho. Se reprodujeron afirmaciones del tipo: “Esta es la famosa justicia social”, “Un incentivo más para salir a robar y a matar. Delinquimos y de pronto tenemos casa, comida, ropa, no pagamos impuestos y encima nos dan un sueldo. Y qué sueldo”, entre otras tantas del mismo tenor.

Desde el punto de vista comunicacional, la noticia resulta productiva en múltiples sentidos. Uno de ellos permite reflexionar acerca de un debate conceptual entre dos corrientes teóricas que tiene implicancias en los modos en que entendemos aquello que convencionalmente denominamos “realidad”. Se trata del Establecimiento de Agenda (Agenda Setting) y del Encuadre (Framing).

La primera, una teoría nacida de la mano de McCombs & Shaw durante las elecciones estadounidenses de 1968, postula la existencia de efectos nunca lineales, pues son limitados y/o potenciados por condiciones contingentes, de los mensajes mediáticos sobre las audiencias que los consumen. Según sostiene la teoría, los atributos y características que, en desmedro de otras, les son adosadas a los temas en las noticias, impactan sobre los modos en que los receptores entendemos esos temas. Así, la famosa frase “los medios no nos dicen qué pensar, pero sí sobre qué pensar” es complejizada con la idea de que los medios no solo nos dicen sobre qué temas pensar sino también cómo pensar sobre esos temas. Tienen la capacidad de instalar el menú de asuntos sobre los cuales discutimos y los modos en los que estos deben ser pensados.

Desde ese punto de vista, la nota acerca de los salarios de los detenidos –las detenidas no aparecen siquiera mencionadas– puede ser analizada como un modo de presentar un acontecimiento: el salario de los presos supera en un 46% la jubilación mínima. Ahora bien, la selección de estas características necesariamente omite, por ejemplo, que la remuneración aumentó porque también lo hizo el salario mínimo, vital y móvil. De acuerdo con la Ley 24.660 de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad, el trabajo constituye un derecho y un deber del interno, debe ser remunerado y, cuando éste trabaja para el Estado o para entidades de bien público, el monto no puede ser inferior a tres cuartas partes del mínimo, vital y móvil. Al no aparecer en la nota, estas características son ignoradas por las audiencias que desconocen el fenómeno de primera mano y expresan sus ideas con información insuficiente. Entre otros modos posibles, desarrollando una “lectura preferencial” de la noticia y posteando sus enojos en Facebook.

El Framing, en cambio, discute la noción de los efectos de los mensajes en el público y sostiene que el proceso de la comunicación debe ser concebido de manera integral. Es decir, atender tanto a la instancia de elaboración de la información como al contenido, a los receptores y a la cultura, donde existe un repertorio compartido –y, muchas veces, en disputa– de patrones de cognición, percepción e interpretación que provee el vínculo entre la producción y la recepción. Los medios de comunicación son considerados coproductores de la realidad social. Aunque con una capacidad diferencial a la de otros actores para modelar esa realidad, no tienen el poder de inventarla. Muy por el contrario, trabajan evocando y re-creando formas compartidas y persistentes de organizar la información, que estructuran los sentidos acerca de los hechos sociales.

A la luz de esta postura, la nota titulada “Aumentaron el sueldo a los presos: ahora ganan 46% más que un jubilado” cobra otra densidad, pues expresa no solo un modo de presentar un tema. sino de entenderlo y de pensar los factores que lo causan y las consecuencias que acarrea: la nota relata una injusticia, donde los responsables (el Gobierno) les dan más (un salario) a los que menos merecen (los presos). Lo dispuesto por la Ley de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad, el derecho constitucional de los detenidos y detenidas al trabajo y la situación en la que viven, quedan fuera de los modos predominantes de entender el tema en los medios masivos. Pero, muy probablemente, tampoco sean relevantes para buena parte de la ciudadanía que los consume. En otras palabras, las ideas que subyacen en el enorme desprecio hacia los y las detenidas no son patrimonio exclusivo de los medios ni de los periodistas que allí trabajan, sino que hacen pie en concepciones profundamente arraigadas en nuestras sociedades y sobre las cuales es conveniente una mirada amplia y compleja, tanto desde la teoría como en la praxis.

* Licenciada en Comunicación (UBA), investigadora (UNQ) y ex docente del Complejo Penitenciario Federal IV de Mujeres, Ezeiza.

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux