El gobierno del Partido Popular presentó un Presupuesto que implica el mayor ajuste económico de España en su etapa democrática. El paquete incluye recortes del gasto en empleo, vivienda, obra pública y cuanto rubro cualquiera imagine, además de la suba de tarifas de luz y gas. Pero la indignación opositora se concentró en el anuncio de un blanqueo (“amnistía fiscal”), al que llamó “el premio a los defraudadores mientras se sube los impuestos de las clases medias y los trabajadores”. Hace apenas un año y medio, cuando gobernaban los socialistas, el PP había hecho campaña con el lema “es impresentable amnistiar a los defraudadores”. El PSOE no lo hizo, ahora lo hizo Rajoy.