PSICOLOGíA
• SUBNOTA › INTRODUCCION A LA TEORIA Y LA PRACTICA DEL ESQUIZOANALISIS
Contra el capital y contra las “mayorías”
Por G. F. B.
El esquizoanálisis es un vasto saber y quehacer basado en la obra de dos autores, Gilles Deleuze y Félix Guattari, ambos ya fallecidos. El primero fue considerado por muchos como el mayor filósofo del siglo XX. Dijo Michel Foucault: “El siglo será deleuziano”. Guattari, por su parte, tuvo formación psicoanalítica con Jacques Lacan y fue militante político de izquierda, autodidacta en economía, política, semiótica, etología, música, literatura. La obra de estos autores consta de más de cuarenta libros, muchos escritos por separado y varios en conjunto.
Su libro que muchos consideran más importante se denomina Capitalismo y Esquizofrenia y se compone de dos volúmenes: El Antiedipo y Mil mesetas. El período en el que se escribió el conjunto de la obra de estos autores va desde 1965 hasta el final del siglo pasado. Sin duda, uno de sus momentos principales estuvo relacionado con los eventos del Mayo Francés de 1968.
Es imposible clasificar el esquizoanálisis en ninguna de las disciplinas y especificidades conocidas. Surgió en el período en que comenzaba la crítica del estructuralismo, formulada desde diversos puntos de vista. Con todo, no es posible situarlo íntegramente en la posmodernidad, de la cual a su vez es discordante.
En un esfuerzo por caracterizarlo de alguna manera, se puede decir que se trata de un materialismo inmanentista, neofuncionalista, maquínico, transversalista, heterogenético, multiplicitario, metaestable y autopoiético. Esta fórmula no lo dice todo y es posible que para quien no conoce la obra no diga gran cosa, pero puede servir como aproximación para quien conoce la terminología del panorama cultural actual.
Guattari ha intentado también un cierto resumen diciendo que el esquizoanálisis se rige por un paradigma estético, ético, político, que incluye grandes contribuciones filosóficas, científicas, artísticas y aun se nutre del saber popular, el de mitología y el de la locura.
La tesitura de la obra es extremadamente heterogénea. Se compone de monografías académicas de apariencia ortodoxa, así como de libros cuyo estilo es turbulento, arremolinado, volcánico, en variación continua. Su erudición es asombrosa pero jamás es un objetivo en sí misma, sino el producto de un dominio de innumerables autores y campos del conocimiento, tratados de manera crítica y a la vez aprovechados creativamente con total heterodoxia e irreverencia.
Lo que los autores llaman la utopía activa del esquizoanálisis comprende la serie inagotable de las contribuciones teóricas, técnicas, estéticas y militantes de un vastísimo espectro de producciones de Oriente y Occidente, que tienen en común su inspiración libertaria e inventiva.
El esquizoanálisis ha tomado una difusión mundial considerable, sobre todo en los últimos diez años. La obra ha sido traducida a numerosos idiomas y es empleada libremente por especialistas y militantes de todo tipo de orientaciones compatibles y aun por legos.
El esquizoanálisis no tiene ninguna organización convencional societaria, académica, profesional, partidaria, etcétera. No está respaldado por ninguna titulación oficialmente ni extraoficialmente reconocida, ni se adjudica ninguna modalidad de formación o capacitación que le sea propia.
Los autores insisten en que cada lector puede leer la obra como le parezca y tomar de la misma lo que le resulte inspirador y creativo, sin ningún compromiso de afiliación ni de reconocimiento.
El esquizoanálisis tiene como “adversarios” relativos más predominantes al capital, al Estado, a las “mayorías” dominantes, en suma, a todo y cualquier modo y forma de dominación, explotación, mistificación, perpetuación y destrucción por la destrucción.
Sus destinatarios son todos aquellos que aspiren a la producción, la invención, la creación al servicio de la libertad, el amor, la justicia y la vida (en el más amplio sentido de la palabra). Pero esos destinatarios habrán de utilizar el esquizoanálisis según la más absoluta singularidad de cada uno y teniendo siempre en cuenta las infinitas variaciones en las que se realiza el “bien común” como valor supremo.
El esquizoanálisis ya ha sido adoptado por numerosos movimientos de singularidades minoritarias (dicho en un sentido no estadístico ni demográfico), tales como las feministas, defensores de derechos humanos, de la niñez, la adolescencia, la tercera edad, trabajadores, emigrantes, ecologistas, excluidos, marginados, desinsertados, portadores de la llamada “enfermedad mental” y tantos otros.
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