“Si da positivo el resultado es indiciario, ya que los precursores reaccionan con diferentes químicos, además de los que contiene la pólvora; pero si es negativo, es contundente”, había anticipado el abogado Fernando Burlando. Ayer, los peritajes sobre las manos de la difunta Morena Pearson y su novio y principal sospechoso Fernando Bellini establecieron que ninguno tenía restos de pólvora. “Este ha sido un buen resultado para la estrategia de la defensa”, estimó después el mediático abogado, que sostiene la hipótesis del suicidio de la bailarina, pese a la pericia, porque sostiene que sus manos fueron lavadas en el hospital donde intentaron salvarle la vida.

Según explicó Burlando, el examen “fue categórico e importante” porque las muestras obtenidas de las manos de su cliente para realizar el peritaje “fueron tomadas adecuadamente en tiempo y en forma, inmediatamente después del hecho”. El estudio se realizó en la Asesoría Pericial de La Plata y estuvo a cargo del perito oficial Sergio Giorgeri, ante la presencia del fiscal del caso Matías Rapazzo y de los abogados defensores, Burlando y Améndola. Améndola contó que los peritajes consistieron en analizar con reactivos las muestras levantadas de las manos de Morena y en un hisopado realizado a las manos de Bellini.

“De todas formas hay que ver qué valoración le da a este resultado pericial el fiscal del caso”, dijo Améndola. Por ahora, el dueño de la discoteca Pinar de Rocha continuará detenido al menos hasta el domingo, cuando Rapazzo decida si lo procesa, dicta la prisión preventiva o lo libera por falta de mérito. El fiscal lo acusa de “homicidio simple” de Pearson, de 22 años, y de “portación ilegítima de arma de guerra”, por la pistola calibre 9 milímetros con mira láser que fue encontraba junto a la bailarina, cuando apareció muerta el 14 de marzo pasado, a las 6.30.

La pareja vivía en una casa ubicada en la calle Brasil y avenida Rivadavia en Villa Sarmiento, partido de Morón (a 20 metros de Pinar de Rocha), junto con su hija de dos años. Bellini declaró que antes de que Pearson fuera encontrada herida en la cabeza ambos habían salido del boliche y fueron directamente hasta su hogar, donde mantuvieron una discusión y hablaron de separación. Luego partió nuevamente al boliche y a los 20 minutos regresó a su casa y, según la defensa, la encontró tirada en el vestidor de su habitación sobre un charco de sangre con el brazo derecho extendido y una pistola en la mano. La hipótesis de Bellini es que su mujer se había suicidado debido a sus problemas de depresión y anorexia.

La joven fue llevada al Hospital de Haedo, donde quedó internada en grave estado y falleció por la noche. En base a las tomografías del cráneo de la víctima y del testimonio de los médicos, el disparo mortal fue de derecha a izquierda y no de izquierda a derecha como sostuvo el primer médico policial que revisó el cadáver. Esta trayectoria es compatible con la hipótesis del suicidio, pero el fiscal no desecha la posibilidad de que se haya tratado de un homicidio por el que acusa a Bellini. Es que la bailarina, poco antes de morir, envió un mensaje de texto a una amiga diciendo: “Daniel me quiere matar”.

Sin embargo, ayer Burlando volvió a restarle valor a la prueba. “Esta defensa técnica no le teme a esos mensajes de texto. Los SMS no prueban que Bellini haya sido el autor del crimen”, dijo y preguntó: “¿Cuánta gente utiliza la expresión ‘mi mujer o mi marido me mata’ cuando hay un problema marital? Es sólo una expresión”.