“Pido disculpas a Sandro. Fue un error por inexperiencia en el manejo de los medios. No hubo ninguna mala intención, fue la inexperiencia de alguien que no supo manejar esta situación y me hago cargo de ello.” Así, Armando Perichón, ex titular del Incucai, le pidió disculpas ayer al artista por haber confirmado que Roberto Sánchez estaba en la lista de pacientes en espera del organismo para un trasplante cardiopulmonar.

Según trascendió, la ministra de Salud, Graciela Ocaña, le había solicitado la dimisión a Perichón. En su lugar, el secretario de Políticas, Regulación e Institutos del Ministerio de Salud, Carlos Soratti, fue designado en el cargo interinamente, “en principio, por 90 días”, según señalaron fuentes de la cartera de Salud.

Perichón había confirmado el jueves último que El Gitano había comenzado el trámite de inscripción para ser incluido en la lista de pacientes en espera del Incucai. “Me hago cargo de mi error, por eso he renunciado, pero la institución queda al margen, no hay que confundir la institución con las personas”, dijo el ex funcionario. Al respecto, señaló que “está abierta una investigación en el Incucai para determinar cómo se filtró la información”. “Yo presenté mi renuncia y seguramente ahora las autoridades que quedaron en el Incucai tendrán que seguir la investigación”, agregó el médico. Además, el ex funcionario admitió que “el Incucai puede y debe guardar la información” de pacientes en lista de espera.

El médico estuvo al frente del organismo alrededor de un año y medio, luego de desempeñarse durante 20 años en el organismo de procuración de órganos de la provincia de Santa Fe. Consultado sobre la existencia de pacientes con privilegios y tráfico de órganos, el ex funcionario dijo que está en condiciones de “asegurar que eso no existe”.

Sandro fue internado meses atrás por una dilatación miocárdica, consecuencia de una enfermedad obstructiva crónica en sus pulmones. El creador de “Dame fuego” expresó su enojo por la difusión de la información, al considerar que otros pacientes podían pensar que tendría “privilegios” sobre ellos.