Hubo 34 amenazas de bomba el año pasado en el colegio Normal 1, en Paraguay esquina Riobamba. Con la de ayer, ya van cinco las veces que se desaloja el establecimiento desde que empezó el ciclo lectivo 2008. A veces, reciben dos llamadas por día para dar falsas alarmas. Por eso, a las 15, luego de que padres y madres se acercaran a buscar a sus niños y salieran también los alumnos del secundario, decidieron marchar hasta el Ministerio de Educación de la Nación, a sólo tres cuadras del colegio. Padres y alumnos reclamaron la intervención de las autoridades –tanto nacionales como porteñas– y planean un abrazo simbólico al colegio que alberga a más de 1500 estudiantes. El viernes pasado, un adolescente de ese colegio fue descubierto mientras llamaba desde las cercanías del Normal 1 para denunciar la existencia de una bomba, que resultó ser falsa. El joven fue descubierto por una brigada de la comisaría 17, que hacía guardia por disposición del juez Rodolfo Canicoba Corral. Los padres ya enviaron cartas y reclamos a la Legislatura porteña y al Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel. Dicen que además de alterar su ritmo cotidiano y el del aprendizaje de sus hijos, cada intervención de la Brigada de Explosivos de Bomberos de la Capital Federal le cuesta 1500 pesos al municipio.