De ahora en más, las droguerías sólo podrán importar efedrina por cuenta y orden de los laboratorios que producen medicamentos con esa sustancia. La medida fue adoptada por el gobierno nacional, que dispuso un exhaustivo control sobre la importación de efedrina, además de obligar a laboratorios y droguerías a declarar su stock. Lo hizo a través de una resolución conjunta de los ministerios de Justicia y Salud, y la Secretaría para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar).

La medida dejaría entre paréntesis la decisión de que sea el INTI el encargado de llevar un registro de control de los precursores químicos, en lugar del Sedronar. Fuentes del Ministerio de Salud aseguraron que el control de las sustancias utilizadas para la elaboración de drogas seguiría en manos del organismo que conduce José Granero. De hecho, el INTI, que ya estaba trabajando en el tema, ni siquiera fue invitado al anuncio de ayer y entre sus autoridades había una notoria molestia.

La nueva normativa obedece al crecimiento en la importación de efedrina –de 2,9 toneladas en 2004 a 19,15 en 2007–, que al igual que que la seudoefedrina no se fabrica en el país. Ambas sustancias son utilizadas para la elaboración de especialidades medicinales, pero también sirven para la fabricación de drogas ilegales de diseño o sintéticas.

A partir de esta resolución, los laboratorios y droguerías autorizados a importar efedrina como materia prima o producto semielaborados, deberán solicitar una autorización previa ante el Departamento de Psicotrópicos y Estupefacientes del Instituto Nacional de Medicamentos (Iname). También deberán presentar ante la Sedronar los certificados de importación y de la especialidad a la cual estarán destinadas las drogas, emitido por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat), e indicar los fines para los cuales serán utilizadas las sustancias a importar.

En cuanto a las droguerías que cuentan con autorización para su importación, desde ahora “sólo podrán comercializarlas a laboratorios titulares de registro de especialidades medicinales que las contengan en su composición y estén debidamente acreditados”, indica la resolución.

El documento establece que queda “prohibida su comercialización (de la efedrina) por otros establecimientos farmacéuticos, tales como droguerías y farmacias”.

Otro artículo obliga a esas droguerías y laboratorios, en el término de diez días, a “informar, con carácter de declaración jurada, las cantidades que detenten, por cualquier concepto”, de las drogas en cuestión.

La resolución alcanza a “las sustancias efedrina, sus sales, isómeros ópticos y sales de sus isómeros ópticos, y seudoefedrina, sus sales, isómeros ópticos y sales de sus isómeros ópticos”, según el texto. Queda exceptuada, explica, “toda persona de existencia visible y/o jurídica que importe dichas sustancias en cantidades estrictamente destinadas a la realización de análisis y a la investigación médica y científica, incluidos los que se realicen bajo vigilancia y fiscalización de las autoridades”.

El anuncio fue formulado ayer en el Ministerio de Salud por su titular, Graciela Ocaña; su par de Justicia y Derechos Humanos, Aníbal Fernández, y el titular de la Sedronar, José Granero, acompañados por funcionarios de organismos dependientes de estas instituciones. Fernández y Granero compiten desde hace tiempo por los criterios para afrontar el problema del tráfico y las adicciones: el ministro de Justicia aboga por la despenalización de la tenencia para consumo de drogas, mientras que la Sedronar se opone a esa iniciativa.