Mar 07.10.2008

SOCIEDAD  › CONTRADICCIóN DE TRES TESTIGOS DE CROMAñóN SOBRE EL CORTE DE LUZ

Cuando se vino la noche

Un bombero, el ex conserje del hotel Central Park y el ex concesionario del restaurante del mismo hotel dieron versiones diferentes sobre el corte de luz que dejó a oscuras a la disco durante el incendio. El dueño del complejo, Rafael Levy, y Chabán se reunían.

Tres testigos relataron ayer sus experiencias en la noche de Cromañón, ante los jueces del tribunal oral 24. Un bombero, el ex conserje del hotel Central Park 11 ubicado junto a la disco y el ex concesionario del restaurante y la confitería del hotel fueron citados para dar sus versiones sobre el corte de luz que ocurrió apenas iniciado el incendio y que sumió en la oscuridad a los asistentes, multiplicando el pánico. Lo más curioso es que ninguno de los tres testigos coincidió, tuvieron versiones contrapuestas y uno de ellos amplió su declaración no sólo en relación al corte de suministro eléctrico, sino sobre reuniones que mantenía Levy, el dueño del complejo que incluye al hotel y la disco, con Chabán y Villarreal. El relato no pareció dejar bien parados ni a Levy ni a Chabán.

El cabo de bomberos David Antonio Coronel fue terminante: cuando se le pidió que describiera el estado del suministro eléctrico del local y del hotel al momento de llegar, sostuvo que el local ya estaba sin luz cuando arribó su dotación. Según su enumeración cronológica, sostuvo que el alerta por el incendio lo recibió entre las 22.30 y las 22.40, que tardó tres minutos en llegar y que cuando lo hicieron, él estaba encargado del corte de electricidad y gas, y por ese motivo se dirigió al tablero y quitó los fusibles, pero aclaró que de todos modos no se había modificado nada, porque el local ya estaba a oscuras.

En una audiencia pasada, otro bombero, Virgilio Ocampo, perteneciente a otra dotación, había declarado que al llegar al hotel los empleados del hotel le informaron que otro bombero (Coronel) ya había hecho la desconexión. Pero, según los horarios, todo indica que Coronel llegó después del corte de luz del local.

Por otro lado, el ex conserje Maximiliano Chaparro sostuvo que el hotel tenía luz al momento del incendio, pero su testimonio excedió por mucho el enigma del suministro eléctrico: acusó a Levy de desinteresarse por la suerte que corrían las personas dentro del local y sostuvo que Chabán y Villarreal se habían reunido frecuentemente con Levy para resolver el sonido, que molestaba a los clientes del hotel. Chabán había negado tener relación con Levy y en su declaración lo había descripto como un desconocido.

“Las reuniones con Levy eran para insonorizar las ventanas (del hotel) y entonces se les empezó a meter guata”, afirmó el ex conserje, quien relató que también se colocó “gomaespuma a la puerta alternativa”. El testigo explicó que esas medidas fueron adoptadas debido a que el sonido de los recitales provocaba continuas quejas de los pasajeros del hotel, entre los que mencionó a futbolistas que lo utilizaban para “concentrarse”. Levy, dueño del complejo del barrio de Once que incluía el hotel, el boliche y varios locales comerciales, fue procesado en la causa por el juez Alberto Baños, pero luego la Cámara del Crimen lo sobreseyó y ahora su situación está siendo analizada por la Cámara de Casación Penal.

Durante un pasaje de su testimonio dejó muy mal parado a Levy, cuando recordó ante los jueces que aquella noche “Levy me preguntó quién autorizó a subir (a los bomberos) al primer piso (donde se hizo un boquete para sacar gente) y yo le dije: ‘¡Sos un hijo de puta!, ¿no ves que se está muriendo gente?’”. También recordó que, luego del incendio, todo el complejo quedó cerrado y a raíz de esa situación Levy les pagó el sueldo durante unos meses y después una indemnización y los echó diciéndoles que si querían le hicieran juicio pero que no le iban a “sacar nada”.

Chaparro también mostró una foto a los jueces para demostrar que el hotel y la disco estaban comunicados. Dijo que Chabán, al hacerse cargo de Cromañón, realizó reformas, entre ellas “tapiar con ladrillos” unas turbinas de aire que refrigeraban el local y que las mangueras de auxilio “estaban de adorno porque no tenían presión de agua”.

Por último, también declaró el concesionario de la confitería y restaurante, Juan Carlos Stábile, quien afirmó que en el área en la que él trabajaba “siempre hubo corriente eléctrica” y, más aún, recordó que también había luz en la zona del lobby del hotel. Y recordó que había visto a Chaparro con un bombero frente al tablero de electricidad. Chaparro negó esa situación y dijo que “no se cortó la luz y ningún bombero entró a preguntar nada”.

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