Mié 08.10.2008

SOCIEDAD  › EL HUMO DEL TABACO PROVOCA EN LOS CHICOS TRASTORNOS DE APRENDIZAJE

Pequeños fumadores pasivos

Un informe de la Asociación Argentina de Tabacología revela que los niños y adolescentes expuestos al humo de cigarrillos tienen mayor riesgo de presentar trastornos como déficit de atención, enfermedades respiratorias y hasta muerte súbita.

“Aún no se toma real conciencia de los graves problemas que ocasiona en los chicos el humo del tabaco proveniente de los adultos que fuman a su alrededor”, sentenció Alejandro Videla, vicepresidente de la Asociación Argentina de Tabacología (AsAT). Según un informe que presentó en nombre de la entidad, los niños y niñas convertidos en fumadores pasivos tienen casi el doble de riesgo de sufrir muerte súbita, de desarrollar enfermedades respiratorias como asma, neumonía o bronquiolitis, y de presentar dificultades en el proceso de aprendizaje como déficit de atención.

El estudio, presentado en el marco del 3º Congreso Nacional “Tabaco o Salud” –organizado por AsAT y la Unión Argentina Antitabáquica–- consistió en una revisión bibliográfica sobre los más recientes tratados de salud e investigaciones realizadas tanto a nivel mundial como fronteras adentro del país.

El trabajo realizado por la Organización Mundial de la Salud es uno de los pilares de la revisión. Las cifras que la entidad ofreció recientemente respecto de la exposición de niños y adolescentes a las toxinas del tabaco a nivel global son escalofriantes: uno de cada dos chicos convive en espacios contaminados con humo de cigarrillo; 700 millones en todo el mundo.

“Lo trabajado hasta ahora en materia de investigación profesional indica que el humo del cigarrillo está fuertemente asociado al desarrollo de enfermedades respiratorias, de síndrome de muerte súbita y, aunque cuente con menos evidencia, es señalado como el causante de trastornos de desarrollo cognitivo, como déficit de atención, bajo rendimiento escolar y bajo coeficiente intelectual”, dijo el médico a Páginai12.

La amenaza que supone la exposición aumenta cuanto más pequeños son los chicos. Según Videla –que además es titular del área de Cesación Tabáquica del Hospital Universitario Austral– “el riesgo es fuerte en personas mayores de cinco años, muy fuerte en chicos entre uno y cinco, pero quienes peor la pasan son los menores de un año, porque su aparato respiratorio no está todavía desarrollado y porque, además, al no poder valerse por sí mismos, no pueden alejarse de la persona que fuma”. En ese sentido, para la revista científica Thorax –que publica una de las investigaciones que nutrieron el informe de la AsAT– un niño que vive con un padre fumador inhala, por año, tanto humo como si fumara entre 30 y 150 cigarrillos.

Los registros de la Maternidad Sardá, en la ciudad de Buenos Aires, también sirvieron de materia prima. Allí se constató que el 50 por ciento de las embarazadas que allí recibieron atención fumó durante su embarazo. “No sólo implica un enorme peligro de desarrollar enfermedades respiratorias, sino que en esos bebés el riesgo de sufrir muerte súbita es 22 veces mayor”, afirmó el vicepresidente de AsAT.

Por otro lado, la encuesta anual de hogares de la ciudad de Buenos Aires reveló que el 64 por ciento de los padres fumadores de la ciudad consumen tabaco fuera de su casa, hecho que “disminuye el peligro, aunque no lo hace desaparecer ya que el fumador continúa eliminando partículas tóxicas hasta dos horas después de haber consumido tabaco”.

Más grave es otra conclusión del mismo relevamiento, que demostró que entre el 70 y el 80 de los adolescentes porteños de entre 12 y 15 años inhalan cotidianamente las partículas tóxicas del tabaco emitidas por algún familiar, amigo o persona cercana. “En los adolescentes, el principal problema que acarrea es la adicción”, señaló Videla, en tanto que una encuesta realizada entre estudiantes universitarios de Argentina respalda su consideración: “De los universitarios fumadores, el 80 por ciento se crió en hogares donde alguno de los padres es fumador o, por lo menos, tiene el hábito”, explicó.

Además, las conclusiones asociaron altos niveles de colesterol y de riesgos de sufrir accidentes cardiovasculares a los jóvenes fumadores pasivos. “Basta que inhales el humo de alguien que está fumando una sola vez para que el corazón comience a comportarse como si estuviese próximo a sufrir un infarto”, afirmó el vicepresidente de AsAT.

Informe: Ailín Bullentini.

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