SOCIEDAD › UNA TESTIGO CONTó QUE UNA MUJER, DESDE UN PALCO DE CROMAñóN, TIRABA PIROTECNIA AL PúBLICO
Una sobreviviente relató que desde el sector VIP, que ocupaban allegados a Callejeros, una mujer rubia arrojaba elementos que “parecían bengalas”. Los familiares de las víctimas dicen que era la madre de Santos Fontanet. El abogado de la banda desestimó el testimonio.
“Había una señora de pelo cortito, rubio teñido, que tenía una bolsita de la que arrojaba palitos”, declaró una sobreviviente de Cromañón, que perdió a su marido y a su hijo durante el incendio del boliche. Cuando el fiscal Jorge López Lecube pidió precisiones, la testigo dedujo que se trataba “de bengalas”. La mujer de la bolsita estaba ubicada aparentemente en el sector VIP y, aunque no la identificó, posteriormente los familiares que se encontraban en la sala aseguraron que podría tratarse de Susana Fontanet, la madre del cantante del grupo, Patricio Santos Fontanet. Otro testigo había declarado en la instrucción haber visto a la madre del cantante ingresando bengalas en ocasión del recital del grupo de su hijo en Obras Sanitarias. El muchacho fue querellado por el cantante, pero el juez Mariano Scotto lo sobreseyó aclarando que no estaba en condiciones de sostener que lo que el joven había declarado no fuera cierto. Otros dos sobrevivientes completaron con sus declaraciones la 22ª audiencia del juicio por la muerte de 194 personas en la disco de Once.
La testigo, de 43 años, y acompañada por su hermana con autorización del Tribunal Oral 24, se mostró visiblemente emocionada luego de relatar cómo asistió al recital con su esposo, su hija de 19 y su hijo de 14, que había terminado el 9º año y quería festejar viendo al grupo.
“Cuando llegué al local, me dio ganas de irme, era patético”, recordó la testigo, quien lo describió como “una cárcel, muy cerrado, muy feo y muy sucio”. También recordó que ante la insistencia de su marido y sus hijos, se quedaron ubicados en una escalera, pero que empezó a sentir “miedo” cuando Omar Chabán alertó que “si esto se prende fuego, de acá no sale nadie”. Vio que había “un grupo de gente en el primer piso, en el sector VIP, donde había una señora de pelo cortito, rubio, teñido, con busto grande, que tenía una bolsita y arrojaba cosas a los chicos que estaban abajo”. La mujer aclaró después que suponía que se trataba de bengalas.
“Un chico que estaba arriba de otro”, describió la testigo, encendió una bengala y comenzó a incendiarse la media sombra, por lo que ella quiso bajar, pero su marido la convenció de subir al primer piso para no separarse. “Cuando se cortó la luz ya no nos podíamos ver –recordó entre lágrimas–. Yo les dije a mis hijos que se subieran la remera para no respirar el humo, pero mi marido ahí me grita: ‘La puta madre, no doy más’ y yo le dije: ‘Tenemos que seguir, tenemos que sacar a los chicos’. El último recuerdo que tengo es que quise tantear el escalón, pero ya no me desperté hasta el 20 de enero.” Sufrió la quemadura de su tráquea y pérdida de su voz, su hija pasó por una operación de pulmón y estuvo en terapia intensiva hasta el 17 de febrero. Su marido y su hijo murieron. La mujer dijo que se enteró cómo salió del lugar un año después, al ver una imagen en televisión en la que dos personas la estaban asistiendo fuera del local, ya que hasta entonces desconocía lo ocurrido.
“Estaba muy oscuro como para que pudiera ver en detalle –dijo a PáginaI12 Martín Gutiérrez, defensor de la mayor parte de los integrantes de Callejeros–; además, ayer ubicó a la mujer que dijo haber visto en un sector donde era imposible que estuviera, en la consola del discjockey, que esa noche estaba cerrada. La mujer es testigo pero también actúa como querellante civil, lo que para nosotros invalida los cargos que pueda hacer.”
Otro joven, de 27 años, relató que al iniciarse el incendio y querer salir con su novia Cintia, hubo una avalancha y quedó cubierto por una pila de gente cerca de la puerta de salida. “Tenía los brazos flexionados para que no la aplastaran a ella y le decía que me hablara. En un momento ya esperaba que me muriera y entonces le di el último beso, pero después pensé, ¿por qué me voy a quedar acá? Hice fuerza, me saqué una zapatilla y salimos.”
Por último, un joven de 25 años también declaró pero con contradicciones respecto de su declaración en la instrucción. Ayer sostuvo que no fue revisado, pero en su declaración anterior sostuvo que sí; ayer además dijo que le había pagado 10 pesos a Raúl Villarreal, lo que no figura en su declaración anterior. “Me agarró la plata y me hizo pasar”, sostuvo el testigo, y supo que era Villarreal después de la tragedia, cuando lo señalaron en un noticiero.
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