SOCIEDAD › EL GOBIERNO PORTEñO INTERRUMPE LA CONSTRUCCIóN DE UN POLO EDUCATIVO EN SAAVEDRA
La obra fue iniciada en 2006 y ya debería haber finalizado. Pero los vecinos denuncian que fue paralizada. Debía concentrar seis establecimientos educativos públicos, auditorio, natatorio, gimnasio y parque público para toda la comunidad.
La promesa era ambiciosa. Convertir un predio de 40 mil metros cuadrados, ubicado en el corazón del barrio porteño de Saavedra, en un núcleo educativo. Aprobado el proyecto en 2005, un año más tarde se inició la construcción del Polo Educativo Saavedra, que incluiría seis establecimientos educativos públicos, un auditorio, un natatorio cubierto, un gimnasio y un parque público para toda la comunidad. Los trabajos, según los cálculos oficiales, no deberían consumir más de 540 días. O sea que, para julio de 2007, el polo debiera haber estado en condiciones de ser utilizado por cerca de 3200 alumnos. Sin embargo, un año y medio después, los vecinos denuncian que la obra “está paralizada” y que “falta voluntad política para finalizarla”. Según fuentes del Ministerio de Educación porteño, recién estarán en condiciones de ser ocupadas entre mediados de 2009 y principios de 2010, dos años y medio más tarde de lo calculado. Hace un mes, los vecinos y miembros de la comunidad educativa de Saavedra respaldaron un pedido de informe en la Legislatura “para que den respuestas”, aseguró Pascual Spinelli, referente de la protesta. Recalcó que esperaron “callados” hasta el lunes pasado. Ayer lanzaron la primera medida de protesta, un abrazo simbólico al predio a medio edificar.
El proyecto nació durante la gestión de Aníbal Ibarra, impulsado por un programa de financiación del Banco Interamericano de Desarrollo. En realidad, se planeaba construir no uno, sino cuatro polos de este estilo en la ciudad, de los que el Saavedra era algo así como la prueba de fuego –al día de hoy los tres restantes, en La Boca, Lugano y Barracas ya están terminados–. En enero de 2005 se aprobó la licitación del pliego de planos a través de la que se cedió la construcción a las empresas Riba SA y Criba SA.
La construcción se inició un año más tarde, en enero de 2006. A partir de entonces, y según el proyecto, en 540 días, cuatro hectáreas de terrenos fiscales donde hasta entonces funcionaban canchas de rugby se convertirían en el nuevo escenario de la Escuela de Música Juan Esnaola y de la Técnica Nº 36 Almirante Brown, ambas necesitadas de nuevos edificios debido al mal estado de sus actuales.
Además, allí también se construirían un jardín maternal y de infantes, una escuela especial, una escuela primaria y una media con orientación en magisterio y profesorado de música, luthiers e imprenta. Aún sobraría espacio para la edificación de un auditorio, un natatorio cubierto y un gimnasio con equipamiento deportivo que iba a ser compartido por los alumnos de esas instituciones.
“No se puede entender la desidia que hay alrededor de la educación pública. Cuando empezaron la construcción, había casi 200 obreros trabajando. Ahora hay sólo ocho. ¿Cómo piensan terminar una obra tan grande con ocho tipos?”, se quejó Spinelli. El hombre integra el grupo de vecinos y miembros de la comunidad educativa que, desde hace dos meses, decidió organizarse para reclamar por la “paralización” de la construcción. Unieron sus fuerzas a las cooperadoras de las escuelas que esperan por su nuevo edificio en el polo, con las que realizaron el abrazo simbólico ayer por la tarde.
Si bien el director general de Infraestructura, Néstor Gasparoni, no estuvo disponible para hablar con este diario –gozaba de licencia–, fuentes del Ministerio de Educación porteño, al inicio de la gestión del actual jefe de Gobierno, Mauricio Macri, aseguraron que la obra estaba “paralizada y con riesgo de rescisión del contrato, por retrasos en los pagos de los certificados de las obras desde mayo de 2007”.
Según los registros oficiales: la escuela de música y el auditorio muestran un avance del 34 por ciento; resta casi el 50 por ciento para terminar el jardín de infantes y la escuela técnica; la escuela especial es la que presenta más avance, con el 74 por ciento construido.
La obra tuvo un presupuesto inicial de cerca de 50 millones de pesos, monto que “desde 2005 a esta parte sufrió varias instancias de redeterminaciones”, afirmaron desde la cartera educativa. No obstante, no especificaron las cifras. El último ajuste se llevó a cabo durante la gestión PRO, a través del decreto Nº 398, para “mejorar los costos de mano de obra de manera tal que no impliquen pérdidas a las empresas”, costos que se pagarán, según explicaron las fuentes, parte en bonos y parte en efectivo.
“No queremos convertirnos en presos de las diferentes gestiones de gobierno –denunció Spinelli–. Esto se debe terminar cuanto antes. Ya perdimos un año, ¿ahora vamos a perder otro? La educación debe ser política de Estado, de todos los estados”.
Informe: Ailín Bullentini.
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