Fue detenida la madre de la beba que había sido anotada como hija propia por una médica y un radiólogo del hospital Ramos Mejía: está acusada de “supresión de identidad” de la recién nacida, a quien habría entregado a ese matrimonio. La mujer, de 25 años y condición muy humilde, fue apresada en el inquilinato donde vivía; luego de su detención, la jueza María Servini de Cubría la habría interrogado, primero como testigo y después como imputada. Tanto el matrimonio que se había hecho cargo de la niña como su madre biológica están ahora presos.

La madre biológica se llama Carla Correa Flores, tiene 25 años y es peruana. Fue detenida ayer en un inquilinato de Santiago del Estero al 1400, en el barrio de Constitución, y llevada al juzgado federal de María Romilda Servini de Cubría. Luego de su captura, según fuentes judiciales, la magistrada le tomó primero declaración como testigo –es decir, sin que se le informaran sus derechos ni se le ofreciera un abogado–; a partir de sus dichos, la declaración se transformó en indagatoria y en definitiva la jueza dispuso su detención bajo el cargo de “supresión de identidad”.

Según las fuentes, la mujer habría declarado que, cuando fue al hospital Ramos Mejía a dar a luz, tenía ya la intención de entregar a su beba porque “no la podía mantener”. En tales circunstancias, y por intermediación del enfermero Jorge Montiveros, delegado gremial de Sutecba en el Ramos Mejía, se habría contactado con ella el matrimonio formado por María Rospide, médica, y Daniel Condoleo, técnico radiólogo; ambos trabajan en ese hospital.

Según la misma fuente, Carla Correa Flores habría firmado el certificado de nacimiento con el nombre de pila de la beba y su apellido, pero le habría entregado el documento a Condoleo. El radiólogo le habría pagado 300 pesos para que se movilizara, ya que –declaró Carla, según la fuente judicial– iban a ponerla en contacto con un abogado para gestionar la adopción legal. Todos están acusados por el delito de supresión de identidad.

La detención de la madre biológica se concretó por intervención de la División Delitos contra la Salud de la Policía Federal. Luego de la detención del matrimonio, los investigadores recabaron las direcciones que figuraban en el libro de partos del Ramos Mejía entre el 21 y el 25 de octubre. Había cuatro mujeres sospechadas de haber entregado a su bebé, y los policías fueron a sus respectivos domicilios para constatar si el hijo estaba con la madre. El subcomisario Hugo Di Conza, jefe de esa división, contó que “la única que no pudo certificar dónde estaba su hijo fue la detenida, y después confesó, llorando, ser la madre del niño apropiado por el matrimonio que trabajaba en el hospital”.

La pesquisa se había iniciado en forma casual: la Justicia investigaba un robo de medicamentos en el Ramos Mejía y el dato surgió de una escucha telefónica.