Mié 07.01.2009

SOCIEDAD  › PROBLEMAS EN ROSARIO POR EL DESCENSO DEL PARANá

Las aguas turbias bajan

El río está cerca de alcanzar su record para una bajante. Cerraron casi todas las playas, hay problemas para la navegación de cargueros y la provisión de agua potable está en emergencia.

“Enero va a estar medio perdido en cuanto a las playas”, asumió el director de Defensa Civil de la Municipalidad de Rosario, Raúl Rainone, en relación con la sostenida baja en las aguas del río Paraná, que vienen sucediendo de manera sostenida desde el fin de semana. Sin embargo, la clausura de un amplio sector de las playas de los balnearios de esa ciudad santafesina no es la única consecuencia que trajo el fenómeno, provocado por la sequía que azota a la zona desde mediados del año pasado. La circulación de buques cargueros también se vio afectada, cuyo paso ha sido clausurado en algunas zonas, y la provisión de agua potable a la población rosarina se vería amenazada de aquí a una semana “si la baja persiste”, conjeturó. La empresa Aguas Santafesinas S. A. ha puesto en funcionamiento dos bombas hidráulicas para mantener el servicio sin interrupciones.

Los niveles de profundidad del río Paraná continuaban ayer muy por debajo de los habituales, registrando una marca de 1,20 metro, apenas 18 centímetros más que el lunes. Lo normal es que ese cuerpo de agua tenga una profundidad de entre 3,20 y 3,50. Y las malas noticias continúan. Las perspectivas que maneja Prefectura hablan de una bajante de 7 centímetros por día. “La prognosis que tiene Prefectura habla de que al 9 de enero tendremos 15 centímetros menos”, anunció Rainone. De esta manera, el nivel del río frente a las costas rosarinas estaría muy cerca de alcanzar su mínimo histórico, cuando en 1989 llegó a los 75 centímetros.

Las causas del fenómeno se encuentran en las fuertes sequías que azotaron el sur de Brasil durante la segunda mitad del año pasado. Si bien recientemente se desataron fuertes lluvias, las repercusiones en las aguas del Paraná llegarán en 20 días. Al respecto, Rainone señaló que “así llueva mucho en el sur de Brasil, algo que realmente nos favorecería, estamos hablando de más de 10 días. Hasta que llegue eso vamos a tener un rato largo de bajante”, al tiempo que calculó que “para el sábado habrá que clausurar todas las playas, ya que el nivel de agua bajará a 1,05 metro, quedando demasiado cerca del beril”, una barranca importante presente en la geografía de la cuenca del río.

Los organismos oficiales, como el Instituto Nacional del Agua (INA) y el área de Control y Navegación de Prefectura, y hasta los guardavidas de los balnearios públicos localizados a la vera del río en Rosario, están trabajando a destajo para mantener la información sobre el comportamiento del Paraná actualizada en forma permanente.

Los guardavidas “hacen dos mediciones por día de la costa, una a la mañana y otra al final de la tarde. Esto ofrece una referencia para conocer qué parte de la costa se va clausurando. Según los datos que ellos manejan, cerca del 50 por ciento de las playas de La Florida y la Rambla de Catalunya, dos de los balnearios rosarinos más importantes, aún estarían habilitados para ser usados por el público, “pero con la cautela máxima de acatar la orden de los bañeros”, destacó el titular de Defensa Civil.

Pero la imposibilidad de disfrutar de la naturaleza para refrescarse en un verano que pinta ser sofocante no es el único problema que aparece cuando la que desaparece es el agua del Paraná. La provisión de agua potable en las viviendas de Rosario también se ve amenazada, mucho más en los barrios periféricos, donde ya se registró una baja en la presión.

El gerente de Relaciones Institucionales de la compañía prestadora del servicio a los habitantes de la ciudad, Guillermo Lanfranco, confirmó que “se puso en marcha una bomba que no estaba en servicio” y además “se trajo otra nueva por el río para sumarlas a la toma que venía funcionando” con la intención de “mejorar la capacidad de captación: con el río bajo hay dificultades para captar, así que hay que sumar potencia y eso es lo que estamos haciendo”, explicó. Para colaborar con el mantenimiento del servicio, el funcionario consideró necesario que los vecinos realicen un uso racional del agua potable sin derrocharla.

Y aún hay más, porque el tránsito de buques también se vio afectado. Desde Prefectura pidieron a los navegantes que extremen las medidas de seguridad porque en algunos sectores “no se puede pasar más”. En ese sentido, el jefe de operaciones del Puerto de Rosario, prefecto Sergio Charles, precisó que “los capitanes y prácticos recibieron instrucciones para evitar los llamados lugares determinantes, zonas críticas para la navegación por el menor calado existente”. Debido a la baja, los buques ultramarinos que dejan los puertos cerealeros vecinos a Rosario “deben hacerlo con menor carga”, informó y sumó a las precauciones a tener en cuenta “la navegación a bajas velocidades”.

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