El jefe de Gobierno, Mauricio Macri, eligió no hacer declaraciones sobre la muerte de seis chicos en el incendio en La Boca. Cerca de él, se hicieron los distraídos sobre si se encuentra en Punta del Este. La oposición porteña criticó la ausencia de Macri y la falta de previsión y controles. También resurgió la discusión sobre la política de viviendas, ante el inminente veto de Macri a la Ley de Emergencia Habitacional, que frena los desalojos de edificios públicos que están ocupados.

Para adelantarse a las críticas, en un comunicado el gobierno porteño sostuvo que “desde las primeras horas de la mañana se constituyó en el lugar el subsecretario de Derechos Humanos, Helio Rebot, junto con autoridades de Desarrollo Social”. Poco después, un funcionario del gobierno nacional, Juan Pablo Schiavi, cuestionó “la ausencia de funcionarios de primer nivel ante la tragedia de La Boca”.

Sin entrar en polémicas, los macristas hicieron su descargo en las radios y en la televisión. “Los pocos recursos que tenía esta gente daban para esta tragedia”, fue la reflexión del director de Defensa Civil porteño, Daniel Russo. El subsecretario de Emergencias, Néstor Nicolás, se lamentó porque muchas personas viven en condiciones “que se asemejan a campos de concentración”. “Empiezan a discutir la política pública cuando hay muertos, como en Cromañón o Villa Cartón. Si no aparece un muerto, ni siquiera se ocupan. Pero después no hacen nada tampoco. Se trabaja para el espectáculo del que lo ve desde fuera, no para el que necesita la política social”, cuestionó el legislador de la CTA Martín Hourest.

“Lamentamos profundamente que seis niños inocentes hayan muerto de esta manera horrenda. Por eso, toda la sociedad porteña espera que Mauricio Macri y Gabriela Michetti den la cara y den las explicaciones del caso”, indicó el jefe del bloque kirchnerista, Diego Kravetz, quien le apuntó al titular de la Agencia de Control, Federico Young. El legislador sostuvo que “hizo exactamente la mitad de las inspecciones con respecto al 2007. Uno de los problemas más graves es que la Agencia de Control se transformó en un nido de procesistas y de ex represores, ex SIDE, ex Gendarmería y ex Policía Federal que nadie sabe para qué están” (ver página 15).

La polémica se trasladó de los controles a la situación habitacional.

“La política habitacional del gobierno de Macri para los que menos tienen es nula. Los condena a vivir en instalaciones sumamente precarias en donde corren riesgos sus vidas”, denunció el legislador Juan Cabandié. “El macrismo, desde el IVC, prácticamente no construyó ninguna vivienda”, sostuvo. El jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se limitó a señalar ante Página/12 la cantidad de viviendas construidas en 2008 por la Corporación del Sur: “Hicimos más de 1200 viviendas, comparadas con las menos de 500 como promedio en los últimos diez años”, planteó, pero no quiso entrar en polémicas con la oposición.

“Con los prejuicios de clase del jefe de Gobierno no se puede sustentar una política habitacional. Considera a los habitantes como usurpadores y no como víctimas de la pobreza, y así es muy difícil evitar tragedias como ésta”, planteó el diputado de la Coalición Cívica, Facundo Di Filippo, que preside la Comisión de Vivienda de la Legislatura. “Después de esta tragedia sería una locura que Macri vete la Ley de Emergencia Habitacional”, indicó la legisladora de SI Liliana Parada, sobre la norma que aprobó la oposición para frenar los desalojos. En tanto, el dirigente del PO Marcelo Ramal pidió “un juicio político a Macri, porque este es su Cromañón”.