La familia del joven cordobés de 23 años Federico Ariente, que está secuestrado desde hace más de 20 días, confirmó en un escueto comunicado entregado a la prensa que ayer al mediodía pagó el rescate exigido por los captores, luego del frustrado intento de la semana pasada. Pero las horas pasaron y la esperada liberación anoche aún no se había producido.
Tras un intento fallido la semana pasada, finalmente ayer al mediodía la hermana de Federico, Lorena, logró encontrarse con los secuestradores y entregarles la suma de 400 mil pesos exigida para la liberación de su hermano. Según contó la madre de Federico en un comunicado, su hija fue siguiendo todas las indicaciones que le fueron dando los captores a través de un teléfono celular. Primero le dijeron que tomara un tren, luego otro y otro y otro más hasta llegar a la estación de Claypole, en el sur del conurbano bonaerense. Una vez allí, un nuevo llamado de los secuestradores terminó de arreglar las condiciones en las que se efectuaría el pago: la joven debía tomarse un taxi y arrojar el dinero por la ventanilla hacía una camioneta con vidrios polarizados que se hallaba estacionada en las cercanías de la estación.
Todas estas precauciones que tomaron los captores tienen que ver con los episodios ocurridos el sábado pasado, cuando Lorena, advertida por los secuestradores de que matarían a Federico si daba aviso a la policía, decidió abortar la entrega del dinero al ver en el lugar de reunión una gran cantidad de agentes policiales tanto federales como bonaerenses. En esa ocasión la cita había sido pactada en la localidad de Moreno, por lo que los investigadores creen poder asegurar que la banda que secuestró a Federico, aunque realice sus crímenes en Córdoba, es oriunda del Gran Buenos Aires, ya que conoce palmo a palmo el terreno.
Tras este episodio, el padre de Federico recurrió a los medios de comunicación para pedirle a la policía y a la fiscal del caso, Alejandra Hillman, que no interfieran en las negociaciones por considerar que podrían poner en peligro la vida de su hijo.
Ayer, tras el pago del rescate, la familia difundió una foto de Federico por si alguien tiene noticias de él, ya que no saben en qué parte del país podría ser liberado y con el paso de las horas la desesperación va en aumento. Desde que se pagó el rescate no han recibido ninguna comunicación de los captores.
El secuestro se había producido el sábado 13 de octubre cuando Federico salía de una fiesta “rave”, realizada en la localidad de San Roque, a 50 kilómetros al Oeste de la capital cordobesa. Tras pedir en un primer momento una suma cercana a los 300 mil dólares, los captores aceptaron finalmente los 400 mil pesos que ofreció la familia.