SOCIEDAD
› LE PIDIERON A LOS MEDIOS QUE SE RETIREN DEL LUGAR
Los Echarri siguen sin noticias
Aunque el hermetismo en el que intentaron moverse desde el principio ya es irrecuperable, el actor Pablo Echarri y su familia intentan, además de continuar las negociaciones sin dar intervención a la policía, mantener a la prensa lo más lejos posible: ayer pidieron uno a uno a todos los medios que desde que se conoció la noticia del secuestro de Antonio, padre del actor, se mantienen apostados frente a la casa de Villa Dominico, que retiraran sus móviles por temor a que su presencia pueda obstaculizar las negociaciones. Sin embargo, casi todas las radios y canales mantenían anoche su guardia en la puerta de Pico 911. El actor, que está al frente de las tratativas con los captores, no se movió de allí desde el día del secuestro.
En los cinco días que lleva secuestrado Antonio Echarri, desde el jueves pasado a las 6 de la mañana cuando estaba en su kiosco de diarios en Avellaneda Este, las comunicaciones entre los secuestradores y la familia fueron escasas. Los llamados, en los que se exigieron 100 mil dólares como rescate, no habrían sido más de cinco en todos estos días. Aparentemente, según comentaron vecinos y familiares, la imposibilidad de la familia de conseguir esa suma es lo que hasta ahora impide que se concrete el pago. “No es una persona de mucha posición. Hizo todo con sacrificio”, relató ayer Rosa, prima de Antonio Echarri.
Aunque, según trascendió, el sábado por la tarde la familia recibió un llamado de los captores en el que dieron una prueba de que Antonio continúa con vida, a medida que pasan los días el temor de que la negociación se vea entorpecida crece. Por esto, en la mañana de ayer, Pablo, que en ningún momento aceptó aparecer ante los medios y evitó cualquier contacto, pidió que se retiraran de la puerta de su casa para “no entorpecer ni obstaculizar” las negociaciones. Sin embargo, hasta anoche sólo unos pocos medios se habían retirado del domicilio, donde ayer los vecinos colgaron banderas de apoyo para Antonio Echarri.
“Si vemos rondar un solo policía por la casa, le pegamos un tiro en la cabeza”, fue la primera advertencia recibida por la familia que por esto decidió no hacer la denuncia. En declaraciones a Página/12, voceros de la policía coincidieron en que “la presencia constante de la prensa podría convertirse en un obstáculo para negociar y en una molestia para los delincuentes”.
El estado de salud de Echarri también preocupa a la familia con el paso de los días. Según una de las tantas versiones que se manejan alrededor del caso, los captores podrían estar suministrándole medicación a Antonio, que es diabético insulino-dependiente.