El gobernador bonaerense, Daniel Scioli, dio por hecho ayer que se reforzará la seguridad en las zonas más conflictivas de su provincia con personal de Gendarmería y Prefectura, dos fuerzas federales a cargo del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos. Aníbal Fernández, funcionario a cargo de esa cartera, optó por llamarse a silencio. Según Scioli, su ministro de Seguridad, Carlos Stornelli, ya se había reunido con su par nacional para avanzar en los detalles de un acuerdo. El anuncio se produce al término de una semana donde hubo reclamos por mayor seguridad. En tanto, el jefe de la Departamental de General Pueyrredón polemizó, sin nombrarlo, con el intendente de Mar del Plata, quien había pedido el socorro de las fuerzas federales.

La noticia pasó de la boca de Scioli a los oídos de la prensa tras el acto de asunción de Eduardo Camaño como ministro de Gobierno, en el que adelantó que los 1300 efectivos de la Policía Bonaerense que se gradúan el miércoles próximo serán destinados a la prevención del delito en el Gran Buenos Aires. Luego agregó: “Estamos coordinando con el gobierno nacional más efectivos de Gendarmería, y en algunos lugares podrían ser también miembros de la Prefectura”.

Stornelli y Fernández mantienen reuniones con cierta periodicidad y en una de ellas, destacó Scioli, se habló “de la posibilidad de llegar a mil gendarmes” como parte de los refuerzos. El gobernador dijo que más allá del número de gendarmes que termine enviando el Ministerio de Justicia, agradece “lo que se pueda sumar al esfuerzo propio”.

Por su parte, Stornelli contó que le pidió a Scioli “que la distribución se haga en los lugares donde más se necesita y en donde no han recibido refuerzos durante el año”. Los gendarmes, según palabras del ministro de Seguridad bonaerense, concurrirán “a los tres lugares” más conflictivos de cada distrito del Gran Buenos Aires. “Son más de cien puntos para cubrir, veremos las posibilidades del plan de fuerzas federales. Nosotros completamos con el egreso de los 1300 efectivos”, remarcó Stornelli, para quien la medida “en un momento como éste sirve muchísimo”.

Anoche, en el ministerio que encabeza Aníbal Fernández ningún vocero confirmó el anuncio. Lo cierto es que, según recordó una fuente de la Policía Bonaerense, la Gendarmería trabaja en conjunto con las fuerzas locales de la provincia más grande del país desde hace tiempo, y bajo coordinación de la Secretaría de Seguridad Interior. La fuente enumeró, entre otros lugares, el barrio Ejército de los Andes (conocido como Fuerte Apache), La Cava, algunas zonas de Rafael Castillo, José C. Paz y Virrey del Pino. “Estos son puntos estáticos, lo que se anunció parece algo más ambicioso”, evaluó.

En la ciudad de Mar del Plata “la presencia activa” de las fuerzas federales había sido solicitada por el intendente Gustavo Pulti, luego de una serie de crímenes que incluyeron asesinatos de comerciantes. Sin nombrar a este intendente, el jefe de la Departamental General Pueyrredón de la Policía Bonaerense, Norberto García, aseguró ayer que “Mar del Plata tiene una policía que está de pie, que está trabajando para la sociedad, poniendo la cara y el pecho cuando otros actores principales, que tienen mucho que ver con el tema de la seguridad, no están dando ningún tipo de respuesta ni están dando la cara”.

Dos horas después de afirmar que es “mediocre trasladar la responsabilidad propia de la policía en otro”, García les dio la bienvenida a sus colegas federales: “Trabajaremos en forma conjunta y coparticipativa para realizar un trabajo operacional”. El jefe distrital de Mar del Plata, Gustavo Salvá, opinó en sentido contrario: “No precisamos que venga Gendarmería o el Ejército, necesitamos que sujetos con reiterados ingresos no salgan más. Cada uno se tiene que poner el sayo que le corresponda”.