SOCIEDAD
› LA GUARDIA CIVIL ESPAÑOLA ADMITE PAREJAS HOMOSEXUALES
Al cuartel con el novio gay
En breve, los efectivos homosexuales de la policía militarizada de España podrán convivir en los cuarteles con sus parejas.
Lo lógico en Europa parece impensable en la Argentina. La Guardia Civil Española, una institución tradicionalmente conservadora de policía militarizada, anunció ayer que en breve permitirá que parejas homosexuales convivan en sus casas-cuartel, donde hasta ahora sólo podían vivir matrimonios legales y parejas heterosexuales de hecho. “Es lo lógico que cabría esperar en un país democrático de derecho y aconfesional, donde la libertad de elección debe estar garantizada”, afirmó el portavoz del PSOE en la Comisión de Interior del Congreso, Victorino Mayoral.
La decisión de modificar “con carácter inmediato” el reglamento de ocupación de los pabellones que la Guardia Civil posee en todo el país no necesitó ni fue influenciada por una gran presión social. Bastó con que el viernes trascendiera que un agente se disponía a solicitar un permiso para poder convivir con su pareja homosexual en un pabellón oficial que la fuerza posee en Mallorca para que, tres días después, la institución lo autorizara.
Ayer mismo, la Dirección General de la Guardia Civil emitió un comunicado en el que anunció que autorizará la ocupación de sus viviendas “a todas las parejas de hecho estables, independientemente de su naturaleza heterosexual u homosexual, en las mismas condiciones”. La normativa actual, reformada en 2000, establece que “podrán habitar el pabellón el adjudicatario, su cónyuge o persona con la que forme pareja heterosexual estable y los familiares de ambos hasta el segundo grado de parentesco”. “Para el resto de las personas se requerirá autorización escrita del mando”, señala la normativa en vigencia.
El agente destinado en Mallorca y su pareja tienen formalizada su relación en el registro de parejas de hecho de las Islas Baleares. Hace alrededor de un mes, el mismo agente había solicitado un permiso urgente por una enfermedad de su novio que requería sus cuidados. Ahora, según fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Palma de Mallorca, el hombre se vio obligado a pedir la baja por una depresión producto del estrés y de la tensión vivida en los últimos días, cuando su intención de presentar la solicitud se hizo pública.
Esta petición es la primera de este tipo en los 150 años de historia de la Guardia Civil. Debido a la tradición conservadora de este instituto armado, observadores españoles no esperaban que aceptase la convivencia de parejas homosexuales en sus viviendas oficiales.
En Mallorca, el secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles de Baleares y asesor del agente, Juan Miguel Perpinyá, dijo que la decisión de la Guardia Civil “derriba muros hasta ahora infranqueables”. Perpinyá reconoció sentirse “contento y escéptico” tras la decisión porque, pese a su satisfacción, se encuentra en una situación “complicadísima, completamente desbordado y no acabo de asimilar todo lo que está pasando, ni se puede creer la reacción de la Dirección General de la Guardia Civil”.
Por su parte, el PSOE, el partido principal de la oposición, aprovechó la circunstancia para pedir al gobernante Partido Popular (PP) que dé luz verde a una legislación sobre parejas de hecho que evite discriminaciones.
La solicitud del guardia civil causó la misma polémica que planteó el año pasado el sacerdote José Mantero, de 40 años, vicario de la localidad andaluza de Valverde del Camino, en Huelva, quien reconoció su homosexualidad y su decisión de continuar al frente de sus feligreses.
Mantero reveló su sexualidad en una revista gay y admitió que mantenía relaciones homosexuales al mismo tiempo que ejercía el sacerdocio.
Un año antes, un teniente coronel del Ejército, José María Sánchez Silva, se convertía en el primer militar español que reconocía públicamente su homosexualidad. Sánchez admitió que era gay en la misma revista que Mantero y, más tarde, lo confirmó en las páginas del diario El País.