O habrá vacuna para todos o quizá no la haya para nadie: el Ministerio de Ciencia y Tecnología anunció la puesta en marcha de un plan para producir la vacuna contra la gripe A en la Argentina. Para que tenga éxito, no hay tiempo que perder, ya que el producto debería estar disponible, a más tardar, para el otoño del año próximo. No es seguro que los laboratorios internacionales puedan proveer vacuna suficiente, dada la inmensa demanda que ya se ha generado, y la OMS recomendó a los países promover la fabricación local. “Si hay decisión política, la vacuna estará disponible”, sostiene el jefe de un laboratorio del Conicet que ya desarrolló, experimentalmente, una vacuna contra la gripe estacional. El proyecto, que hoy la pandemia pone al rojo vivo, es contar con una vacuna que incorpore los virus de circulación más específica en el país. El equipo del Conicet también quiere anotarse en la mayor apuesta en curso en vacunas contra la gripe: la “vacuna universal”, que serviría para todos los virus de influenza presentes o futuros.

“La primera etapa, en la que ya estamos, es secuenciar el genoma del virus prevalente en la Argentina –explicó a Página/12 Lino Barañao, ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva–: ya aportamos equipamiento por más de un millón de dólares al Instituto Malbrán y los equipos de virología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez y del INTA Castelar.” La segunda etapa “es avanzar hacia la producción local de la vacuna: en el Conicet hay gente que está en condiciones de encararla, en asociación con empresas privadas nacionales”, dijo el ministro.

En cuanto a la posibilidad de que laboratorios públicos encararan la producción masiva de la vacuna, “no hay laboratorios estatales que tengan la infraestructura necesaria, que no podría alcanzarse en el plazo requerido”, contestó el ministro.

Barañao anunció “un llamado a la presentación de proyectos en un plazo muy corto. México concretó la adjudicación en un mes y medio y nada nos impide hacerlo así”. El funcionario recordó que “la OPS requirió que los países de la región desarrollen las capacidades para abastecer sus propias necesidades en este orden. Por lo menos México, Brasil y la Argentina tienen industrias farmacéuticas con suficiente desarrollo”, y agregó que “iniciaremos tratativas con Brasil, en busca de una asociación que permitiría apuntar a un mercado más amplio; pero, sea como fuere, vamos a encarar la producción local”, agregó Barañao.

José La Torre –director del Instituto César Milstein, del Conicet– aseguró que “si existe la decisión política, la vacuna se puede producir para que esté rápidamente disponible”. El equipo de La Torre venía trabajando desde 2005 en la producción de una vacuna contra la gripe estacional “actualizada”, es decir, “basada en las cepas que la OMS determina para el hemisferio sur pero con posibilidad de incorporar cepas argentinas. Para esto, contamos con el laboratorio del Malbrán, que investiga las cepas actuantes en la región. Incluir la cepa local perfeccionaría el llamado vaccine-matching, y así la inmunidad que la vacuna brinda”.

Estos investigadores del Conicet ya lograron, respecto de la gripe estacional, “vacunas experimentales que ensayamos en ratones: son efectivas y fáciles de conservar. Ya estarían en condiciones de aplicarse a humanos, pero no contamos con la infraestructura para ensayos clínicos”. Es que “el siguiente paso sería contar con una planta industrial pequeña para producir una vacuna piloto, a fin de hacer las pruebas clínicas. Después, sería fácil agrandar la planta para la producción industrial”, afirmó La Torre, cuyo equipo trabaja en asociación con un laboratorio nacional.

Además, “tenemos otros proyectos, que avanzan en el desarrollo de vacunas de nueva generación –contó La Torre–: internacionalmente se apunta a una ‘vacuna universal de influenza’, que sea apta para todos los virus de la enfermedad. Si bien el virus de la influenza tiene una alta tasa de mutación y recombinación, hay partes del virus, relacionadas con su reproducción, que no varían: una vacuna que afectara a esas partes sería letal para todos los virus de la gripe, y ya hay en el mundo vacunas de este tipo, en fase de experimentación con animales”.

“Obesidad y diabetes”

Entre tanto, el Ministerio de Salud bonaerense exhortó a que los padres administren a sus hijos menores de tres años la segunda dosis gratuita de la vacuna antigripal estacional. Para los mayores de esa edad, sólo es necesaria una dosis “y muchas veces se olvida que los más chicos deben recibir dos para que sea totalmente efectiva”, advirtió Mario Masana Wilson, director de Epidemiología bonaerense.

En el orden de los antivirales, se inició la entrega al Ministerio de Salud de la Nación de un millón de tratamientos de oseltamivir, por un monto total de 88.430.000 pesos, cuya compra a varios laboratorios se había concretado el 17 de junio por licitación. (El fármaco puede producirse libremente en la Argentina, pese a que su patente está en vigencia, ya que su registro internacional es anterior a la sanción de la Ley de Patentes.) Según anunció la empresa Sidus, ya concretó el suministro de 48.000 tratamientos de un total de 140.000. Richmond tiene asignados 600.000 tratamientos; Finadiet, 200.000 y LKM, 60.000 más 240.000 frascos de la presentación pediátrica. Las entregas finalizarán a mediados de agosto.

Un vocero del Ministerio de Salud confirmó que “persiste la reducción de las consultas e internaciones en el área metropolitana”. La cartera no emitió parte informativo y el vocero anunció que “no habrá nuevo parte por varios días, mientras los técnicos evalúan cómo reestructurarlo en función de las nuevas directivas de la OMS”.

Mientras, se confirmó la primera muerte en Mendoza por gripe A: un hombre de 62 años. En Catamarca se adoptó la sorprendente medida de prohibir las fiestas privadas “que se realicen en clubes o salones, cuando excedan las 20 personas”. En Santa Fe, el Ministerio de Salud local precisó que, de los 51 muertos registrados, “36 presentaban factores de riesgo, en su mayor parte por obesidad y diabetes”.