Lun 10.08.2009

SOCIEDAD  › UN JOVEN QUE ESPERABA UN COLECTIVO MURIó DE UN TIRO FRENTE A UNA DISCO EN BERISSO

Baleado por la inseguridad patovica

Después de echar a dos grupos que se enfrentaban en el boliche Alcatraz, de Berisso, los patovicas salieron a la calle a los tiros. Una de las balas mató a un joven de 25 años. Hoy reglamentarán la ley bonaerense que prohíbe a los patovicas estar armados.

Un joven de 25 años fue asesinado ayer a la madrugada por un empleado de seguridad de un boliche de la localidad bonaerense de Berisso. Después de distintas versiones difundidas por efectivos policiales, Página/12 pudo reconstruir el episodio. Según el relato de algunos testigos, a raíz de una pelea –que comenzó dentro y terminó fuera de la discoteca Alcatraz–, cuatro patovicas intentaron defender su puesto de trabajo a los tiros. Mientras la víctima esperaba que una amiga tomara el colectivo frente al local bailable, uno de los disparos impactó en su pecho y, al ser trasladado al hospital zonal, murió. Minutos después, la banda de custodios pistoleros huyó en un Peugeot y el barrio enfureció: amigos, familiares y vecinos del pibe apedrearon la puerta del boliche y se enfrentaron con personal de la Bonaerense. A la tarde, sin ningún avance en la captura de los responsables y a partir de la consigna “Justicia por Juan”, cerca de un centenar de personas manifestaron en el lugar del crimen. También hubo incidentes entre los allegados y el cuerpo de Infantería. Paradójicamente, el asesinato ocurrió un día antes de reglamentarse la nueva ley provincial para la seguridad privada de los locales bailables que, entre otras cosas, prohíbe portar armas los empleados.

Juan Andrés Maldonado “ni siquiera había estado en ese baile. Había ido a otro, al Asia, y acompañaba a una chica a la parada que está enfrente de Alcatraz”. El relato es de Sandra Maldonado, la hermana del pibe asesinado de un balazo en el tórax. De acuerdo con la mujer, “en ese momento salieron los patovicas del baile y, según un montón de testigos, comenzaron a disparar a cualquier lado”.

Todo comenzó ayer cerca de las 6. El lugar: la disco Alcatraz, en avenida Montevideo 384, casi esquina calle 6, de la localidad de Berisso. El máximo responsable de la comisaría 1ª manifestó que, previo al asesinato, “se origina una discusión entre un grupo de amigos de un barrio cercano (Solidaridad) que increpan a los empleados de seguridad privada” de la discoteca. Entonces, según el efectivo, “los chicos fueron a buscar refuerzos y regresaron (al lugar), y los patovicas habrían extraído armas de fuego y disparado”, precisó el comisario.

Para los amigos de Juan –testigos oculares del crimen–, los hechos fueron un tanto distintos a lo relatado por el policía. Según esta versión, por motivos que aún se desconocen, dos grupitos de chicos comenzaron a discutir dentro del boliche. Entonces, personal de seguridad de Alcatraz echó a las dos bandas a la calle. Sobre la avenida Montevideo, ambos grupos continuaron con la pelea, e inmediatamente los cuatro patovicas habrían comenzado a golpearlos. Luego, un quinto hombre salió del bar y les entregó armas a los custodios, quienes primero habrían disparado al aire y, después, sobre la multitud.

En ese momento, Juan y un grupo de amigos salía de otro bar, Asia, ubicado en Montevideo y calle 7. Es decir, a una cuadra de Alcatraz y a pocas manzanas del barrio humilde Solidaridad, donde vivía la víctima junto con ocho hermanos. Mientras el pibe se adelantó con una de las chicas y la acompañó a tomar un colectivo a una parada frente a Alcatraz, se inició la pelea en la puerta del boliche. Minutos después, el joven se desplomaba en la vereda con un disparo en el tórax. Sus compañeros corrieron hasta el bar y también fueron atacados por los hombres de seguridad. Pese a los tiros de los custodios, la pelea aún continuaba sobre Montevideo. Luego, y en un auto Peugeot, los patovicas huyeron del lugar.

“La policía me dijo que no me preocupara, que se iba a hacer justicia porque habían encontrado las vainas servidas y están los testigos que dijeron que los patovicas salieron a disparar a mansalva. Hoy le pasó a mi hermano, pero le podría haber pasado a cualquiera”, decía llorosa Sandra, poco después del hecho. Al conocerse la muerte del joven, un grupo de personas fue hasta el boliche con intenciones de hacer justicia por mano propia. Con furia, amigos y vecinos del barrio Solidaridad apedrearon durante algunos minutos la fachada de Alcatraz. Con gases lacrimógenos y balas de goma, efectivos de la Bonaerense lograron que los manifestantes depusieran su actitud, por lo menos durante algunas horas.

Sin rastros de los responsables del crimen, cerca de las 18.30, decenas de personas volvieron a marchar hasta la puerta de Alcatraz. La consigna: “Justicia para Juan”. Los manifestantes gritaban “¡Asesinos, asesinos!”, encabezados por Sandra y la madre (Mercedes Maldonado) del joven asesinado. “Mi hijito está ahora en una morgue sin tener nada que ver. ¿Dónde está el asesino?”, reclamó Mercedes.

El asesinato ocurrió un día antes de la reglamentación de la nueva ley provincial (13.370) para la seguridad privada de los locales bailables. La normativa, que hoy firmará el gobernador provincial, Daniel Scioli, prohibirá portar armas a los “patovicas” y desempeñar tareas de control a personas condenadas por delitos de lesa humanidad y a quienes integren fuerzas de seguridad públicas. Tampoco podrán cumplir ese rol personas que hayan cometido hechos ilícitos durante su actuación como personal de seguridad.

Informe: Mariana Seghezzo.

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