SOCIEDAD › LA HIPOTESIS DE UN “GRAVISIMO CONFLICTO INTERNO FAMILIAR”
No hay evidencias fuertes, pero los investigadores piensan que Luis Pomar cometió un crimen contra su mujer y sus nenas, y está oculto. Las pistas sí indican que hubo un quiebre muy duro dentro del matrimonio.
› Por Raúl Kollmann
A 22 días de la desaparición de la familia Pomar, no hay indicios ciertos de lo que puede haber pasado con Luis Fernando, su esposa, Gabriela, y las dos hijas, Candelaria, de seis años, y María del Pilar, de tres. La hipótesis que más siguen la fiscal de Pergamino, Karina Pollice, y los investigadores de la Policía Bonaerense es que Luis Fernando cometió un delito contra el resto de su familia, pero es una trama de la que no hay pruebas concretas. Sí rastros muy nítidos de un gravísimo conflicto familiar.
Estos son los interrogantes que surgen de la investigación. Algunos tienen respuestas; otros, sólo hipótesis de trabajo:
En la computadora secuestrada en el domicilio de los Pomar en José Mármol se encontraron muchos ingresos a páginas que tienen que ver con autoayudas para parejas e incluso personas que ofrecen recursos milagrosos para afrontar crisis matrimoniales. Por ejemplo, un pai del sur de Brasil. Paralelamente hay varios testimonios que mencionan la existencia de una conducta agresiva por parte de Luis Fernando, incluyendo el sometimiento de su esposa a humillaciones de distinto tipo.
Sí, es cierto. Se trata de saber si es verdad o no la existencia de un abuso sexual de gravedad. Una amiga de Gabriela declaró en la causa que la mujer sospechaba de su marido. Esa mujer relató parte de los hechos en el sitio Diarios how.com el viernes. Este diario se contactó con los investigadores que confirmaron que todo se está analizando en el expediente. Es más, habría una declaración de Franco, el hijo de Gabriela que quedó en José Mármol, que podría encajar con lo señalado por la amiga de Gabriela. De todas maneras, no hay nada probado. Sin embargo, no se puede descartar, como hipótesis, que Gabriela haya amenazado con hacer la denuncia y eso desencadenó los hechos.
La fiscal y los investigadores no pueden descartar esta hipótesis, aunque hay un elemento que la contradice: todos los que declararon en el expediente sostienen que Gabriela no hubiera dejado a Franco sólo por mucho tiempo. Es decir, que es muy difícil que ella haya emprendido el camino del aislamiento por su propia voluntad.
Indudablemente ésa parece ser una hipótesis que se está investigando. El allanamiento en la estancia de la familia Pomar, en Rancagua, cerca de Pergamino, trae ese mensaje: que está escondido y probablemente con ayuda de algún integrante de la familia. Sin embargo, nada de eso se pudo comprobar hasta el momento. De todas maneras, no es fácil estar en la clandestinidad para alguien que no tiene experiencia en el mundo del delito. No se puede hablar por celular ni usar la tarjeta ni comunicarse con ninguna persona: 22 días en la clandestinidad deberían haber producido ya algún error. No es una hipótesis descartada.
Hay un dato significativo. Juan Pomar, el padre de Luis Fernando, recién hizo la denuncia de la desaparición con 12 horas de atraso, a las dos de la tarde del día domingo. Lo último que se supo de Luis Fernando, Gabriela, Candelaria y María del Pilar fue un mensaje de texto a las 20 del día anterior. Pero lo más llamativo es que el lunes, Juan Pomar hizo una denuncia en la Policía Federal por la desaparición del auto. Y afirmó que fue para cobrar el seguro. Parece extraño que un padre, que está buscando a su hijo, nuera y dos nietas, denuncie la pérdida de un vehículo. Además, está la sensación de que los padres de Luis Fernando están más tranquilos de lo esperable ante una situación de esa naturaleza. Sin embargo, otros sostienen que Juan Pomar es un hombre rústico y que eso podría interpretarse como tranquilidad.
Por supuesto que es una alternativa que se investiga. Es lo que explica que se esté buscando en los ríos Arrecifes y Salto y antes en dos lagunas. Es una hipótesis de importancia porque, como se sabe, los autos no flotan y quedan en el fondo de cualquier espejo de agua. Un investigador fue categórico ante este diario: “La lógica indica que el auto está en el agua, pero no tenemos ningún rastro. Y es extraño, porque las lagunas y los ríos han estado con poco nivel de agua por la sequía”.
No se descarta. En principio, se le dio importancia a la consulta del pai del sur de Brasil y se especuló con la posibilidad de que hayan recurrido a un servicio de ese estilo. Igualmente no parece muy lógico que se hayan ido del país dejando los documentos de las dos nenas en la casa de José Mármol. Parece improbable que hayan pasado clandestinamente a un país limítrofe, pero no es imposible. Si el único que se fue es Luis Fernando, la posibilidad de un paso clandestino –ya Migraciones dijo que legalmente no pasó– tampoco se puede descartar.
Como es obvio, el interrogante mayor no tiene todavía respuesta. La amiga de Gabriela presagia un mal final por la agresividad de Luis Fernando. En la fiscalía sostienen que hasta el momento no hay ninguna evidencia de un desenlace de esa naturaleza. En los últimos tres años hubo dos de-
sapariciones totalmente inexplicadas: la de Jorge Julio López, el testigo en el juicio oral contra el genocida Miguel Etchecolatz, y la de Sofía Herrera, la niña de Tierra del Fuego. Esta vez se trata de una familia entera y tampoco hay rastros. Al menos por ahora.
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