SOCIEDAD › CRíTICAS A UNA RESOLUCIóN EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO
El titular de la universidad mendocina encomendó la celebración religiosa para hoy, para conmemorar la Inmaculada Concepción de la Virgen, invocando una resolución de la última dictadura. La decisión generó una cadena de repudios.
› Por Mariana Carbajal
Invocando una resolución de la última dictadura militar, el rector de la Universidad Nacional de Cuyo (UNC), Arturo Roberto Somoza, encomendó la realización de una misa, hoy a las 11, en la basílica de San Francisco de la ciudad de Mendoza, con motivo de la celebración del Día de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, a la que invitó –con una tarjeta especial– a estudiantes y profesores. La decisión del rector de honrar una figura religiosa del catolicismo despertó una cadena de repudios entre investigadores, académicos y representantes de organizaciones de la sociedad civil de distintos puntos del país, incluida la jueza de la Corte mendocina, Aída Kemelmajer. “¿Qué universidad es ésta, que sigue imponiendo criterio de supremacía de una religión sobre otras y sobre la libertad de pensamiento?”, se preguntó Susana Tampieri, atea militante, presidenta de la Asociación Humanista Etica Argentina Deodoro Roca, quien dio la voz de alerta a través de una carta que se difundió por correo electrónico y concitó más de un centenar de adhesiones enviadas en las últimas horas al rectorado de la UNC.
El oficio religioso fue convocado a través de la resolución Nº 1734 firmada el viernes 4 por el rector y el secretario de Gestión Administrativa, Miguel Angel Mallar, a la que tuvo acceso Página/12. “Esta misa es un gran retroceso y muchísimo más preocupante es que el rector se apoye en una resolución de la última dictadura militar para convocarla. Es inadmisible”, concluyó, en diálogo con Página/12, la doctora en Filosofía Alejandra Ciriza, directora del Instituto de Género de la Universidad. Ciriza también adhirió a la carta de repudio.
Somoza invoca la resolución Nº 2571/79, que entronizó a la Virgen María como Patrona de la casa de estudios. Tampieri reclamó la derogación de esa disposición. Fue establecida, cuestionó, en momentos en que “las universidades nacionales carecían de autonomía, avasalladas por la dictadura más cruel y homicida”.
“La universidad es una institución pública que se sostiene con los impuestos de los ciudadanos y las ciudadanas independientemente de su confesión religiosa. Trabajan y estudian allí personas de distintas confesiones, personas agnósticas y ateas”, indicó Ciriza.
“Es bueno recordar que las universidades surgen en la modernidad como alternativa secular de un conocimiento que estaba reservado exclusivamente a los conventos”, señaló la legisladora porteña Diana Maffía, doctora en Filosofía. Maffía también expresó su rechazo a la convocatoria de la misa desde el rectorado de la Universidad Nacional de Cuyo, junto con el politólogo Atilio Boron, la historiadora Dora Barrancos, directora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA; Marta Alanís, coordinadora de Católicas por el Derecho a Decidir-Córdoba; profesores y estudiantes de las universidades nacionales de Córdoba, La Plata, Luján, e investigadores del Conicet. Según contó Tampieri, su iniciativa recibió adhesiones desde el exterior, entre ellas, de Edme Domínguez, profesora del Departamento Latinoamericano de la Universidad de Göteburg, Suecia, y otras desde Filipinas y Africa.
Tampieri tiene una larga trayectoria en la lucha por la laicidad del Estado. “Sólo el secularismo garantiza la libertad de ideas en una universidad y en un país”, apuntó. Vive en Mendoza, pero cursó sus estudios en la Universidad Nacional de Córdoba y llegó a conocer a quienes impulsaron la Reforma Universitaria de 1918, entre ellos, el médico Enrique Barros, primer presidente de la Federación Universitaria de Córdoba en ese año, uno de los firmantes del Manifiesto Liminar. “Fui secretaria para asuntos universitarios de Barros ya en su vejez. Conocerlo ha marcado mi línea de conducta”, destacó Tampieri. “La Reforma Universitaria abrió puertas y ventanas a la ciencia, a la renovación, a la libre investigación y a la autoridad que concede la sapiencia. No se puede regresar a la “renta secular de los mediocres”, como decía el Manifiesto Liminar”, señaló Tampieri.
Ingeniero agrónomo y ex decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, Somoza transita el segundo mandato como rector. Antes, entre 2002 y 2005, fue vicerrector, durante la gestión de María Victoria Gómez de Erice, luchadora por los derechos humanos, hermana de Conrado Gómez, abogado laboralista secuestrado por los militares en 1977, despojado de sus bienes, quien permanece desaparecido desde entonces.
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