SOCIEDAD › CUATROCIENTOS EXPOSITORES EXHIBEN SUS PRODUCTOS EN EL BARRIO DE PALERMO
La exposición se desarrolla durante el fin de semana, con la idea de aprovechar la demanda por Navidad. Participan artesanos, microemprendimientos y empresas recuperadas del programa oficial Manos a la Obra.
Hace tres años que Néstor Perea se dedica a curtir cueros, un oficio que aprendió en la escuela. Al principio los compraba y los comercializaba, pero la ganancia era muy pequeña, por lo que decidió instalar su propia curtiembre en el departamento de Ancasti, en Catamarca, donde vive. Como necesitaba ampliar su emprendimiento, en agosto del año pasado se vinculó con el Plan Nacional de Desarrollo y Economía Social Manos a la Obra, que le permitió llevar a cabo su objetivo. Como Perea, más de 400 emprendedores y artesanos de distintas partes del país, que participan del plan, realizan desde ayer y durante todo el fin de semana la primera feria nacional de emprendimientos productivos de la economía social, en el barrio de Palermo. Allí se comercializan variedad de productos generados en cooperativas, microemprendimientos, talleres o empresas recuperadas. Todos estos objetos se convierten en excelentes opciones para quienes quieren comprar los regalos para la Nochebuena. De allí deriva el nombre del evento: Feria de la Navidad.
La feria es el resultado del trabajo que se desprende del programa de asistencia a la economía social, que hace seis años está en marcha buscando mejorar la calidad de vida de sus emprendedores. La exposición, que abre sus puertas de 11 a 22, durante todo el fin de semana, en Niceto Vega 5350, reúne a alrededor de 400 expositores de todo el país, en 120 stands, en los que se pueden encontrar diversidad de productos: velas, esencias aromáticas, conservas, dulces, fiambres, quesos, especias, licores, aceites regionales, artesanías hechas en cuero, plata, acero, madera, telas, piedras, vidrios, vestimenta hecha con fibras naturales y hasta ropa de diseño.
Pareciera ser que la Feria de Navidad es el punto de llegada de un largo trabajo, pero según afirmó a Página/12 Karina Yarochesky, subsecretaria de Desarrollo Local y Economía Social, en realidad “es un punto de partida. A los emprendedores se les facilita un lugar para comercializar sus productos, darlos a conocer y establecer un contacto directo con el consumidor, sin intermediarios”. Este temporario centro comercial forma parte de una de las actividades que promueve la economía social, que genera actualmente más de 600 mil puestos de trabajo. El Plan Manos a la Obra, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, brinda desde el 2003 asistencia a sectores de escasos recursos para que puedan consolidar sus emprendimientos. “En muchos casos, es gente que en algún momento estuvieron en una situación de vulnerabilidad”, afirmó la subsecretaria.
“Los emprendedores trabajan de alguna forma con nosotros (el ministerio) y con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI). A cada uno lo acompañamos con lo que necesita. Hay emprendimientos que requieren capacitación, otros necesitan maquinarias, herramientas o dinero para sus proyectos, o que los acompañemos en el proceso de comercialización”, sintetizó Yarochesky.
Los expositores provienen de distintos puntos del pías, desde Jujuy hasta Tierra del Fuego. Juan Francisco Rocha es de la localidad bonaerense de Zárate, tiene 56 años y desde los 14 se dedica a forjar cuchillos, totalmente artesanales, “desde la hoja hasta el mango”, aseguró su esposa, Rosalía Nubile, que lo ayuda y lo acompaña. “Hubo un momento en que no se podía vivir sólo de la artesanía. Hoy sí, puede dedicarse exclusivamente a la cuchillería”, comentó la mujer. Francisco trabaja desde su casa, pero las ferias le sirven para difundir sus cuchillos y establecer contactos que se convierten en nuevos clientes. Otro de los stands que se pueden encontrar pertenece a una de las tantas cooperativas de trabajo que participan de la economía social: es la Asociación Civil Mercado de la Estampa, de Río Negro, que reúne alrededor de 300 productores y artesanos, que elaboran productos de hilados naturales. La necesidad de agruparse surgió porque “dentro del recorrido que va desde la ciudad de Dinahuapi hasta Valchato, por la ruta 23, había parajes muy pequeños donde no teníamos cómo vender nuestros productos”, explicó Sonia Fernández, una de las representantes de la cooperativa que asistieron a la feria.
Informe: Rocío Ilama.
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