“Por un segundo pensé que me mataban a mí o a mi representante”, dijo por radio una angustiada Nicole Neumann, al narrar un intento de robo que había sufrido en Quilmes la noche anterior. Explicó que sólo la pericia de su custodio, a quien se le escapó un tiro en medio del forcejeo con dos adolescentes, había evitado que la situación se desbordara. Como ella iba en el asiento trasero, los ladrones frustrados no llegaron a verla. “Imaginate si me veían a mí y me reconocían... qué sé yo lo que me podría haber pasado, a lo mejor me llevaban a una villa y me secuestraban”, especuló. Sin embargo, a medida que el jueves transcurría y el relato de la modelo se multiplicaba en distintos medios, el superintendente de Coordinación Operativa de la Policía Bonaerense, comisario general Salvador Baratta, aseguró que Neumann no había radicado la denuncia y que ninguna llamada al 911 había alertado sobre el episodio. Llegada la noche, un empleado del boliche de Quilmes al que la modelo, guiada por él, se dirigía, desmintió que hubiera sucedido el robo. Aseguró, en cambio, que ella había desistido de presentarse en el local porque “estaba cansada”. Ante las versiones cruzadas, Neumann se llamó a silencio.

La noche del miércoles, la modelo, su representante y un custodio transitaban por una avenida de Quilmes cuando, contó ella, dos adolescentes, aprovechando que el auto había quedado detenido en un semáforo, se acercaron para intentar robarles. “Fue terrible, nunca me pasó una cosa así en mi vida”, contó por radio La Red la modelo, que temerosa por tener que visitar esa zona de la provincia, había tenido la precaución de contratar a un policía retirado que cumple funciones en Vélez, el club donde reviste su marido, el jugador Fabián Cubero. Mientras transitaban una avenida “de las más importantes” de Quilmes, debieron detenerse en un semáforo, “con autos adelante y autos atrás”.

Dos chicos de entre 16 y 17 años golpearon el auto al grito de “bajá la ventana porque te mato”. El custodio “dijo agachate y bajá la ventanilla”, cosa que el representante hizo “y el policía apuntó con el arma al asaltante como para que se asuste y se vaya. Pero el chico no se asustó, no se inmutó, sino que empezó como un forcejeo” en medio del cual “se escapó un tiro del custodio que por suerte fue al aire”. Los jóvenes escaparon; la modelo y sus acompañantes huyeron sin hacer la denuncia porque ella, “indignada”, no quería quedarse “ni un minuto más” allí. Pero en la tarde el segundo jefe de la Policía Bonaerense informó que Neumann no se había comunicado con las autoridades, que “ni siquiera sabemos dónde fue el hecho de robo, porque en las declaraciones públicas que efectuó no dice en qué avenida ocurrió”. Baratta anunció que la policía iniciaría actuaciones de oficio y la Justicia citaría a la modelo a declarar. Al anochecer, un empleado del boliche de Quilmes al que se dirigía la modelo, guiada por el auto que manejaba él, declaró que el robo ni siquiera había existido.