Una mujer que había sido condenada por un tribunal islámico en Malasia a recibir seis golpes con una vara por beber cerveza, ya que el consumo de alcohol está prohibido, fue perdonada tras una protesta internacional y en su lugar deberá cumplir tres semanas de trabajo comunitario. La decisión se revirtió a partir de la protesta que realizaron distintos organismos de derechos humanos, y ayer se conoció que en su reemplazo, Kartika Sari Dewi Shukarno realizará trabajos comunitarios. Hace dos años, la policía malaya sorprendió a Kartika con una cerveza en un bar de playa y fue detenida. El caso alcanzó notoriedad porque, por primera vez, se imponía una multa en forma de castigo físico a una madre de dos hijos.
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