Porque se casan el próximo viernes, Ana M. y Mirta A. recibieron amenazas telefónicas a sus números personales y visitas de señoras de Acción Católica en el comercio que llevan adelante en el centro de Salta Capital. En todos los casos, el objetivo era el mismo: disuadirlas de formalizar su relación en el Registro Civil. La visita de las señoras la dejaron pasar; pero sólo con mucho esfuerzo lograron dar con una comisaría (la 1º) que aceptara tomar la denuncia por amenazas (en la 5ª “decían que no podíamos denunciarlas porque eran anónimas”), y al menos hasta el cierre de esta edición no contaban con custodia, “porque dijeron que sólo podían enviarla si pagábamos un adicional”. El caso, que generó una sucesión de eventos desafortunados para las mujeres, ocurre no casualmente en una de las provincias cuyo gobernador, tal como sus representantes legislativos, se opusieron al matrimonio igualitario. “Salta es muy linda, pero es una aldea y hay muchos homofóbicos. Esto tenía que ser una fiesta, y resulta que ahora tenemos que andar cuidándonos.” De todas maneras, el casamiento sigue agendado para este viernes al mediodía.

El jueves 29 de julio trascendió que Ana y Mirta habían pedido turno en el Registro Civil de la ciudad de Salta. Un día después, cuando celebraban con amigos y familiares, empezaron a sonar los celulares con llamados de números no identificados. “Nos decían que desistamos de hacer lo que estábamos haciendo, si sabíamos lo que era bueno. Me da vergüenza repetir lo que decían, era muy explícito. Decían que antes que nada probemos una p... Eran voces de varones. Se escuchaban voces de mujeres de fondo. Empezaron a llamar a las 22.30, por ahí. Y siguieron. No todo el tiempo, pero seguimos recibiendo llamados hasta las 2 de la mañana. Fue terrible”, recuerda Ana. Entre las dos, recibieron alrededor de 15 llamados, “siempre repitiendo exactamente lo mismo”.

Los llamados se realizaron en medio de la despedida de solteras que amigos y familiares habían organizado para la pareja. “Llamé a la policía ese mismo viernes. Nos dijeron ‘pasen a dar la denuncia en la comisaría más próxima, no podemos mandar patrullero porque no hay nadie amenazando físicamente allí’. Entonces nos acercamos a la comisaría 5ª; nos dijeron que, como las amenazas provenían de un NN, no podían tomar medidas. Como si para denunciar amenazas hubiera que llevar nombre, apellido, lugar donde vive, todo. Recién el lunes logré radicar la denuncia, en la 1ª, donde me sugirieron que pagara un adicional para mi seguridad.”

Las reacciones homofóbicas no terminaron allí. El sábado pasado, “tres señoras grandes, de entre 60 y 70 años, amorosas”, identificadas como integrantes de Acción Católica de Salta, visitaron a la pareja en su comercio. “Nos dijeron ‘piénsenlo bien, porque están atentando contra la moral y la familia salteñas, que son tan tradicionalistas’, o ‘ustedes tienen que pensar que están en pecado, que acá vienen muchos turistas’. Nos invitaban a que pagáramos el servicio para irnos a otro lado. Les contesté que no y se fueron.”

“Cuando notamos que íbamos a ser las primeras en la provincia, tuvimos la idea de decir ‘lo dejamos para más adelante’, pero después me emperré y dije no. No voy a dar un paso atrás para nada, porque estoy ejerciendo mis derechos. Luchamos 15 años para esto. Era querer hacer un contrato, comprar una casa, sacar una moto y asumir que todo tenía que ser ante escribano. Y encima tenés algunos inescrupulosos que te quieren cobrar de más por ser torta. Es así. Pero se tiene que acabar. Si para algo sirve que seamos las primeras en casarnos en la provincia, bienvenido sea.”