Si todo es como sospechan alrededor del fiscal platense Marcelo Romero, la salidera bancaria en la que fue atacada Carolina Píparo se originó en una reunión mirando al cielo: en una cárcel de evangélicos donde se encuentra detenido el padre de Carlos Burgos, acusado por Romero de ser quien disparó a la mujer. El padre, Juan Carlos Burgos, se encuentra detenido desde febrero, acusado por otra salidera contra tres mujeres, en La Plata. La sospecha de la fiscalía es que algunos de los detenidos por el caso Píparo visitaron a Burgos padre en la cárcel para organizar la salidera. La fiscalía busca entre las visitas a Burgos padre si coinciden los nombres de uno o dos de los detenidos. Por su lado, Carlos Jordán Juárez, imputado por Romero de ser el líder de la supuesta banda, se negó a declarar, aunque había solicitado la ampliación de indagatoria. Burgos padre está detenido en la U26 de Olmos, la unidad titulada por el SPB como Limitada de Autogestión Confesional Católica.

“Se sospecha que Burgos padre habría recibido la visita de los imputados Luciano López, de 19 años, y Juan Manuel Calvimonte, de 24.” La sospecha de todos modos deben confirmarla con los libros de visitas del penal de evangélicos. De las indagatorias tomadas a ambos, según los investigadores, no parece surgir que hayan estado en contacto con papá Burgos. Calvimonte, en su declaración ante el fiscal Romero, reconoció conocer al Burgos preso, pero aclaró que no lo veía desde hace dos años. López ni siquiera dijo conocerlo.

“Burgos fue detenido junto a Diego Botea y Sergio Suárez, ambos oriundos de La Matanza. Si se confirma que fue visitado por dos de los imputados de la causa Píparo, merece investigarse”, dijo a la agencia Télam una fuente de la investigación, con lo que se daba por descontado que, por el momento, se trata de una sospecha no investigada. La misma fuente explicó que “la banda que atacó a la embarazada tiene detenidos de ese distrito y se cree que su accionar abarcaba no sólo La Plata, sino el conurbano bonaerense”.

En su pedido de prisión preventiva para los siete, el fiscal imputó los delitos de “asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa, en concurso ideal con homicidio triplemente calificado”. Para Romero está claro que los siete hombres “intervienen en una asociación destinada a cometer ilícitos”.

La pata que no se analiza, al menos en su vertiente pública, y que por el momento resulta difícil de imaginar investigada, es el paraguas policial. El Pimienta Silva, no sólo reconoció su participación aunque lógicamente trató de minimizarla, sino que además sostuvo que habían pagado a la Bonaerense para actuar libremente.

Por otro lado, Jordán Juárez había solicitado prestar declaración indagatoria, pero al llegar a la fiscalía decidió negarse por segunda vez a hablar sobre lo sucedido en la salidera bancaria. JJ está imputado por Romero como líder de la banda.

En el pedido de prisión preventiva para los siete, el fiscal imputó los delitos de “asociación ilícita, robo doblemente calificado en concurso real con homicidio triplemente calificado por haber sido perpetrado con alevosía, con el concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa en grado de tentativa, en concurso ideal con homicidio triplemente calificado”.