Vie 17.01.2003

SOCIEDAD  › POR CADA TURISTA QUE SALIO DE MAR DEL PLATA, ENTRARON CUATRO

Camino a las vacaciones en malón

La segunda quincena será aún más poblada que la primera en la Costa Atlántica. La Ruta 2 fue ayer muestra de ello, con largas colas en las primeras horas, en que llegaron muchos más autos de los que se fueron.

Las vacaciones se convirtieron en una carrera desesperada. Hacia las cuatro de la mañana, cuando despuntaban las primeras horas del cambio de quincena, por las autopistas pasaban unos cincuenta autos por minuto. “¿Sabe qué significa eso?”, pregunta, exaltado, sin protocolos, el comisario Claudio Aguirre, jefe del Operativo Sol: “¿Sabe qué significa? -insiste– Que en Mar del Plata se alquila hasta las cuchas del perro”. Tiene razón. Cuando los números son normales, el flujo de autos hacia la costa en un recambio de temporada es de 18 por minuto. En ese marco, el flujo de 50 coches desbarató todas las previsiones. Hubo demoras de horas, colas en las entradas a Mar del Plata, Pinamar y Villa Gesell. Estos indicadores además cambiaron las dimensiones del movimiento turístico de esta temporada. Hasta ahora los operadores calculaban un movimiento final de unas 6 millones de personas. Desde ayer esas proyecciones cambiaron. Hacia marzo, dicen, la entrada y salida de visitantes estará por encima de las 10 millones de personas.
Desde hace meses los que trabajan en Turismo sospechaban que se avecinaba una suerte de crac de verano. Distintas encuestas, recuentos de reservas o los datos de la demanda, indicaban que el verano sería masivo y popular en toda la costa. De acuerdo con esos cálculos, los más entusiastas esperaban a lo sumo un 40 por ciento más de gente que en la temporada 2002. Bien, esto era así hasta ahora. “Analice esto –propone Aguirre, el jefe del Operativo Sol–: acá suele haber en todo enero un movimiento de 1.500.000 personas; este año desde el 1º de enero hasta las 14 horas del 16, el movimiento fue de 2.329.391 personas. ¡Y estamos hablando de 15 días, no de treinta!”
Buena parte de los automovilistas no sospechaba nada de esto hasta que tímidamente se acercaron a la ruta. Las esperas, las colas y esa larga marcha hacia la costa se empantanó mientras avanzaba el día. Desde las cuatro de la mañana hasta las nueve, el cúmulo de autos sobre las rutas 2, la 11 y 229 que atraviesa Necochea y Tandil se mantuvo a ritmo regular: sobre la Ruta 2 a los pies del peaje Samborombón, el bombeo de autos hacia las cabinas no cesaba. “Un fenómeno así –sigue Aguirre– escapaba a todas las expectativas.”
Desde hace días la capacidad de alojamiento en todos los puntos de la costa bordea los topes máximos. Durante el fin de semana pasado, la ocupación de Villa Gesell rondó el 95 y 96 por ciento. Esos niveles se mantuvieron durante la semana en hoteles y casas particulares pero descendieron en la zona de los campings. Jorge Ziampris, de turismo local, considera que los espacios en los campamentos más grandes están completos en un 50 por ciento. Con ese misma dinámica se fueron poblando y ocupando los alojamientos en Mar del Plata, donde se han comenzado a alquilar casas particulares que hasta ahora estaban fuera de la oferta. De acuerdo con los números del Operativo Sol, la población estable de Mar del Plata en este momento es de al menos 320 mil personas. Sin embargo, éstos no son los únicos datos. Otras fuentes consultadas aseguran que el número de pobladores no es de 320 sino de 380 a 400 mil, un número que –de difundirse– desalentaría a los que aún no han llegado o consideran la opción. “Para los operadores turísticos –explica una de las fuentes consultadas–, difundir estos datos de extrema saturación son contraproducentes porque generan desaliento entre los turistas que seleccionan lugares despejados para las vacaciones.”
Las demoras en las rutas fueron resueltas durante las primeras horas de la mañana cuando el flujo de autos había pasado de 50 a 25 autos por minuto. Algunos de los datos recogidos por el Operativo Sol permitieron ayer hacer hipótesis en cuanto al tipo de recambio de esa quincena. Cuando el flujo de autos hacia la costa era de 50 por minuto, los que tomaban el camino de regreso fluctuaban entre los 10 y 15. De acuerdo con esos números, el recambio fue relativo: por cada turista que se iba, entraban otros cuatro. La terminal de micros de Retiro fue otro de los puntos donde se reflejó el síndrome de las vacaciones desesperadas. El ritmo de pasajeros creció en los últimos días sin detenerse. Dos de las empresas, El Cóndor y Flechabus, agregaron diez unidades que partieron completas.

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