Una vez hace casi un año, Eduardo Duhalde asumía el mandato delegado por la clase parlamentaria. Hizo una serie de promesas, habló del corralito, de los depósitos en dólares, pero nunca hasta este momento había dicho nada de sus relaciones con el rey jordano. Ahora las contó. Primero fueron comunicaciones epistolares y más tarde hubo una telefónica. El tema: Gabriela Arias Uriburu, la presidenta de la Fundación Niños Unidos para el mundo que hace 18 meses había perdido todo contacto con sus hijos, residentes en Jordania desde cinco años. Con la charla telefónica, Duhalde logró el compromiso del rey jordano para acelerar los trámites del traslado de los hijos. En las próximas semanas, los tres viajarán a la Argentina para visitar a su madre.
Duhalde contó el resultado de sus gestiones ayer en Chapadmalal, durante una conferencia de prensa. “En una comunicación con el rey de Jordania tuve una impresión muy buena por sus palabras al considerar como muy buena idea que los hijos de Gabriela Arias Uriburu pudieran venir a la Argentina para conocer a sus familiares y estar un par de semanas”, dijo. En esos mismos términos planteó la decisión del rey Abdallah: “Se comprometió a agilizar todos los trámites para que los chicos pudieran estar un par de semanas y realizar esa visita lo más rápido posible”.
La gestión modificó rotundamente la relación entre Gabriela Arias Uriburu, sus hijos y su ex esposo. Karim, Zahira y Sharif están en Jordania desde el 10 de diciembre de 1997, el momento en el que fueron trasladados a la fuerza por Imad Shaban, su ex marido. Para la fundación, la conversación entre Duhalde y el rey jordano se hizo en un momento clave, “luego de que por primera vez –explicaron en un comunicado de prensa– ella pudiera recibir faxes de sus hijos gracias a las gestiones personales del juez Carlos Romano, generador de las estrategias jurídicas internacionales que se siguen”.