SOCIEDAD › UN DOCENTE DISPARó CON BALAS DE SALVA, CON PINTURA, A TRES CADETES QUE NO FORMABAN FILA
Los cadetes no tenían protectores y sufrieron contusiones. Uno de ellos presentó una denuncia penal y recién entonces el caso saltó a la luz pública. El jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi, sostuvo que el docente fue desafectado de su función.
› Por Horacio Cecchi
A tres cadetes de la Bonaerense les pintaron la cara. No se trató de la ola de inseguridad que suelen fatigar los titulares, sino de un incidente en las propias filas de la formación uniformada, en la escuela de bonaerenses Juan Vucetich. Un instructor extralimitó sus recursos pedagógicos y disparó con balas de salva (cargadas con pintura) contra tres cadetes que no formaban correctamente la fila. Los jóvenes no vestían los protectores necesarios y el impacto de los proyectiles les provocó contusiones. “Leves”, se encargaron de aclarar desde el Ministerio de Seguridad. Los disparos tuvieron lugar el 22 de octubre, durante el dictado práctico de la materia Operaciones Policiales. Recién ayer se conoció el caso porque uno de los cadetes –los otros dos mantuvieron los códigos de “esto lo arreglamos en familia”– decidió romper filas y presentar una denuncia nada menos que ante la Justicia penal. Lo que obligó a que la dirección de la Vucetich presentara una denuncia contra el docente en Asuntos Internos. Después del escándalo, el propio jefe de la Bonaerense, Juan Carlos Paggi, consideró “lamentable” la actuación del docente y sostuvo que había sido “desafectado” de sus funciones. La fiscalía de Berazategui investiga el caso de gatillo pintado en sede policial.
La materia del escándalo se titula Operaciones Policiales y forma parte del ciclo de dos años de formación profesional de los bonaerenses. El objetivo temático, según el superintendente de Instituciones Policiales, Jorge Ortiz, es el “estudio y análisis de seguridad para evitar que en cualquier tipo de procedimiento haya lesionados o lastimados protegiendo la vida de todos los intervinientes”. Los proyectiles de pintura, también conocidos como simunition, no son como los del juego de guerra paintball, en el que se utilizan bolitas con pintura que a tres metros ya no surten efecto, sino copias exactas de armas, con otro sistema de disparo adaptado a balas de PVC con cápsulas de pintura en su extremo que producen contusiones menores. La práctica se realiza con protectores en los ojos, la nariz, la boca, pelvis, pecho y extremidades.
“El problema fue que los alumnos no tenían su correspondiente protección, lo que les provocó lesiones y contusiones”, interpretó el jefe Ortiz. Según las versiones que se cruzaban en los pasillos ministeriales, se argumentó que el docente “seguramente entendió que los alumnos no estaban formados en fila debidamente y les disparó”, sin llegar a aclarar si se intentaba enseñar procedimientos donde se evitaran lesiones, o una práctica de tiro.
Paggi, por su lado, destacó que “no se va a tolerar ese tipo de situaciones que pueden acarrear hechos más lamentables”, y agregó que “si bien acá no hubo heridas, sino las contusiones que provocan esas municiones, el inspector ha sido desafectado y hay una denuncia penal que realizó el mismo director de la Escuela”. Paggi advirtió que el episodio “es preocupante en la medida que no tendría que haber ocurrido”.
Si se tratara de una encuesta, que no lo fue porque la cifra no es competente, se habría dicho que uno de cada tres cadetes está dispuesto a acudir a la Justicia para denunciar a un superior. Lo difícil será predecir si ese 33 por ciento alcanza la titulación.
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