SOCIEDAD › DOS EX BONAERENSES QUE TORTURARON Y ASESINARON A ANDRéS NúñEZ EN 1990
Un ex sargento y un ex cabo fueron encontrados culpables de torturarlo para que confesara un robo menor. Otro fue declarado inimputable y dos oficiales de La Plata siguen prófugos.
La Justicia penal de La Plata condenó a prisión perpetua a dos ex policías bonaerenses por el homicidio del albañil Andrés Núñez, al que hace veinte años torturaron hasta matarlo. Según fallaron los jueces, los policías de la Brigada de Investigaciones de esa ciudad lo asesinaron, mutilaron su cadáver, lo quemaron y lo enterraron en un campo.
La Sala II de la Cámara Penal platense condenó al ex sargento Jorge González por privación ilegal de la libertad calificada en concurso ideal con torturas seguida de muerte y al ex cabo Víctor Dos Santos por este último delito. Las penas fueron impuestas por el voto de las camaristas María Rousech y Laura Lasaga, mientras que el tercer integrante de la Cámara, Raúl Dalto, votó a favor de que se condene a los dos ex policías a reclusión perpetua.
Los camaristas ordenaron por unanimidad remitir las actas de las audiencias a la fiscalía de turno para que investigue si el ex juez penal platense Amílcar Vara encubrió a los policías durante la instrucción de la causa. Dispuso además que se entreguen a la familia los restos de Núñez, a pesar de que el fallo no está firme.
Los jueces dieron por acreditado que el 28 de septiembre de 1990 el albañil Núñez, de treinta años, casado y con una hija menor de edad, fue secuestrado por una partida policial en su casa del partido de Ensenada. Núñez fue trasladado a la Brigada de Investigaciones de La Plata, donde fue sometido a golpes y torturas para que se declarara culpable del robo de una bicicleta.
Para probar la responsabilidad de los dos ex policías, el Tribunal tuvo en cuenta la declaración de otra víctima, Jorge Guevara, detenido y torturado el mismo día que Núñez. Guevara, en esa época de 16 años, declaró que también fue detenido para hacerse cargo de un robo y reveló que en una de las sesiones de tortura “lo trajeron a Núñez y le decían ‘mirá lo que dice éste’”.
“Es indiscutible que el hecho se descubrió por Guevara, quien mientras estaba detenido reconoció una mochila que pertenecía a Núñez, que estaba en la Brigada y luego fue hallada en el campo donde quemaron los restos de la víctima”, sostuvo el Tribunal. También tomó en cuenta la declaración de otros detenidos en la Brigada el mismo día que llevaron a Núñez, quienes escucharon los gritos del albañil en la tortura y relataron que el guardia que estaba ajeno al hecho les dijo: “Se les fue la mano y se les fue”.
Además, hicieron hincapié en la declaración de Alicia Visconti, la mujer del ex policía José Ramos, quien también está procesado pero no pudo ser juzgado debido que fue declarado “inhábil temporalmente para el juicio” porque le diagnosticaron trastornos psicológicos. Visconti declaró que su ex marido le confesó “una noche en que apareció todo sucio y con aliento etílico, que lo tuvieron que hacer, cortarlo y quemarlo”. Visconti afirmó que Ramos le contó que en la brigada alguien le pidió a González “que no apretara tanto al chico, pero al boludo se le fue la mano y lo tuvimos que hacer desaparecer”.
Los jueces sostuvieron además que “no son creíbles las declaraciones de González, que admite participar de la detención pero no de las torturas”, ni las de Dos Santos, que argumentó “haber salido de la sala donde torturaban a Núñez cuando el comisario le pegó un cachetazo”. Para los magistrados, González, Dos Santos, el ex oficial Pablo Gerez y el ex comisario Luis Raúl Ponce, estos dos últimos aún prófugos, “conformaban un grupo que realizaba una tarea mancomunada y en la que cada uno ejecutaba una parte y se complementaban”.
Sostuvieron que las detenciones de Núñez y Guevara y la prueba de que sacaban a uno y torturaban a otro en la dependencia policial “ilustra con claridad que fueron hechos simétricos de un mismo operativo destinado a esclarecer delitos por métodos ilegales”. También identificaron un “pacto de silencio y complicidad de los policías” por mucho tiempo “con el único objetivo de ocultar el delito”.
Tras el fallo, Mirna, la mujer de Núñez, aseguró que a pesar de haber pasado 20 años “se hizo justicia, lenta pero justicia”, aunque admitió que “todavía falta porque hay prófugos y otros policías que no fueron juzgados”. Durante la audiencia, la familia de Núñez estuvo acompañada por los padres del estudiante de periodismo Miguel Bru, que fue secuestrado en 1993 por policías de la comisaría 9ª de La Plata, torturado y asesinado, aunque su cuerpo no pudo ser hallado hasta hoy.
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