SOCIEDAD
› COMO SE ORGANIZO LA PARTIDA DE
HORACIO CONZI. LOS CONTACTOS CON LA SIDE
Con amigos así, cualquiera se fuga
Hubo dos reuniones previas a la fuga. En una de ellas, un socio comercial de los Conzi dio a conocer su estrecha relación con el segundo de la SIDE, Oscar Rodríguez. Se discutieron formas de comunicación y destinos para el prófugo.
Por Carlos Rodríguez y Alejandra Dandan
La estrategia para la fuga de Horacio Conzi fue discutida en dos reuniones que se realizaron, en la mayor intimidad, después del primer allanamiento en la casa de la calle Santa Rita, en el barrio La Horqueta, donde el prófugo vivía con su hermano. Para tranquilizar a los presentes sobre las garantías de impunidad con que contaban, uno de los asistentes, Antonio Claudio Papasidero, “Tony”, accionista del complejo Dallas, dijo palabras que sonaron mágicas: “Yo tengo trato directo con el segundo de la SIDE”. Las palabras de Tony fueron claras y el segundo de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) es Oscar Ernesto Ronaldo Rodríguez. El dato lo reveló a Página/12 una persona allegada a los Conzi que estuvo al corriente de lo conversado. Ayer, fuentes de la causa dijeron que hay “sobradas sospechas” de que los pasos de los sabuesos que buscan a Horacio Conzi estarían siendo seguidos a distancia para hacer fracasar cada uno de los intentos por capturarlo. La propia SIDE admitió que abrió un sumario para investigar el tema, pero anoche llegó la sorpresa mayor: la misma central de inteligencia fue convocada para buscar a su presunto protegido. Desde los primeros tiempos de la investigación se sospechaba sobre la ayuda que recibían los Conzi de parte de los servicios de inteligencia. El primer eslabón fue el ex concejal de San Isidro y amigo personal de los Conzi, Miguel Angel Maldonado, a la sazón uno de los más estrechos colaboradores precisamente de Rodríguez, el segundo jefe de la SIDE. Voceros del organismo oficial que encabeza el ex secretario de Seguridad menemista Miguel Angel Toma, admitieron que fue abierto un sumario interno para determinar si las “filtraciones” de la investigación que llegaron a oídos de los Conzi fueron susurradas a tiempo por agentes de la central de inteligencia que depende de la Presidencia de la Nación.
En las reuniones para trazar el mapa de la fuga participaron Hugo Conzi, el abogado Norberto Pérez, el ya nombrado Tony Papasidero y los dos gerentes de Dallas, Sergio y Marcelo, entre otras personas que conforman el círculo más íntimo de los hermanos propietarios de Dallas. Después de barajar varias alternativas, con el abogado Pérez –el más moderado de todos– llevando la voz cantante, se llegó a la conclusión de que había que ordenar el tema de las comunicaciones para evitar las lógicas pinchaduras de teléfonos. Las recomendaciones fueron varias: celulares nuevos, registrados a nombre de terceras personas; el celular se utilizaría sólo para las urgencias y el aparato usado una vez sería desechado luego para siempre; para el seguimiento día a día de los movimientos del prófugo y sus perseguidores, lo más seguro era la vía del e-mail, obviamente por una casilla de correo distinta a la utilizada habitualmente por los involucrados.
Cuando se discutió el tema de los celulares fue cuando surgió la frase de Tony que develó el nombre del supuesto “padrino” que tenían para extenderles el certificado de impunidad. Tony, amigo personal de los Conzi y ex gerente de Dallas, opinó que el único teléfono celular que podía eludir cualquier interferencia judicial era el de la firma Nextel. “Yo lo sé porque me comunico por esa vía con el segundo de la SIDE, porque yo tengo trato directo con el segundo de la SIDE”. No hubo acuerdo sobre ese punto y luego de una intervención de Pérez, se optó por la mecánica de recurrir al celular sólo una vez y para urgencias. El e-mail sería el camino a seguir para comunicarse. Para ello dispondrían varias direcciones que se van cambiando cada vez.
De acuerdo con lo que pudo saber este diario, Horacio Conzi, luego de decidirse la fuga que se pretende eterna, estuvo primero en un departamento insospechado de Martínez, después en una casa de la Capital Federal, más tarde en la ciudad de Mar del Plata y posiblemente, a posteriori, en una playa cercana. Luego vinieron sus más conocidas escalas, que fueron las del country NorDelta, en la zona del Tigre, y en el Pirá Lodge de Mercedes, en la provincia de Corrientes. Las previsionespara la fuga nunca fueron para los 21 días que lleva prófugos. En las reuniones, realizadas entre el viernes 17 y el sábado 18 de enero, se pensaba que iba a fracasar la búsqueda del arma homicida y que las pruebas se iban a desvanecer, lo que hubiera permitido que Horacio se presentara ante la Justicia para dar las hurras y volver a su rutina.
La rutina de Horacio eran sus excesos en Dallas. Por ese motivo su hermano Hugo le había puesto un “ángel de la guarda” que se llama Roberto “Roby” Halbinger. El joven fue quien aportó a la Justicia la falsa coartada según la cual el imputado estuvo con él buena parte de la noche del crimen de Marcos Eschenone, ocurrido alrededor de las cuatro de la madrugada del 16 de enero pasado. Según Roby, el prófugo y él salieron juntos de Dallas poco después de las cuatro de ese día. En realidad, ni el propio Hugo Conzi sabe a ciencia cierta si Roby y Horacio salieron juntos esa madrugada. No se descarta que así haya ocurrido, pero si fue, Horacio lo habría hecho bajar a Roby por la fuerza de la camioneta Gran Cherokee con la que persiguió al Ford Galaxy en el que trató de escapar el joven asesinado. Todo indica que Horacio estuvo solo cuando decidió sacar su bronca tirando 14 veces con su 9 milímetros.
Varios testigos aseguran que Horacio Conzi vivía borracho y exaltado. Nadie vio que Eschenone, su amigo y las dos chicas que iban en el Galaxy hayan tenido algún altercado antes del trágico desenlace. Horacio hizo llamar a la seguridad para sacar por la fuerza a los dos chicos y las dos chicas, entre ellas Giselle, la presunta “novia” del prófugo, decidieron irse junto con ellos. Uno de los valet parking saludó y le hizo un comentario a Horacio cuando lo vio salir, antes de las cuatro de la madrugada, según consta en el expediente. La respuesta fue una especie de rugido que preanunciaba el mordisco final. Cuando Hugo Conzi lo fue a buscar a Roby a su casa, éste habría dado muestras de no saber nada de lo que había pasado. Entonces se planificó la fuga, de la que es parte otra supuesta “novia” de Horacio Conzi. Es una chica que no goza de la entera confianza del círculo íntimo familiar. Ella igual se encarga de hacer las valijas a la hora de partir, de las compras y de algunas de las comunicaciones porque Horacio nada sabe de Internet. Ahora Horacio es buscado por la SIDE, sospechada de haberlo protegido hasta ayer.
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