SOCIEDAD › OPINIóN
› Por Francisco Olveira *
Después de más de cinco años, el pasado 18 de marzo renuncié a mi trabajo de enfermero profesional en el Hospital Piñero, puesto que era para toda la vida.Una de las principales razones que me motivaron fue el continuo maltrato al que veía sometidos a los pacientes, la gran mayoría de ellos pobres, muchos de ellos extranjeros.
Por eso me indigna tanto este paro por “seguridad” cuando el causante de la inseguridad en un 95 por ciento es un sistema perverso que expulsa a los pobres de la atención de su salud; un sistema que ve en el paciente alguien que viene a molestar y no alguien que no sólo tiene derecho a la salud, sino que tiene derecho a exigir salud y trato digno.
Hagan la prueba: vayan un día al estacionamiento del hospital donde solo entran autos de los trabajadores. A las 7 podrá estacionar donde quiera; a las 8.30 empezará a ir llenándose; tipo 9 casi lleno; 9.30 lleno; no desespere, desde las 11.30 el estacionamiento comienza a vaciarse, a las 13 estacione donde quiera nuevamente.
¿Cuánto trabaja un médico? Haga usted la cuenta. Que no son todos, seguro, que son muchos se lo aseguro, los he visto llegar a las 9 e irse a las 11.30 con toda impunidad a su trabajo privado. Por eso, digo que el 95 por ciento de la inseguridad la crean los mismos que ahora se rasgan las vestiduras; en un hospital conseguir un turno es una odisea, no ya que te operen, para eso hay que llegar muriéndose a la guardia; ni intente sacar los turnos que requerirá, pues los estudios se le irán venciendo hasta que pierda la paciencia.
Esto no es un paro, esto es devolución de favores, es hacerle el aguante a Macri, que ya no puede sostenerse más que con gente ineficiente como él. No digo que no haga falta algún tipo de seguridad en un hospital, pero sí que lo que hace falta es recuperar el hospital público y que el trabajador, se llame médico o enfermero, se acuerde que quien le paga el sueldo no es alguien que viene a molestar, sino alguien que está enfermo y tiene derecho a su salud. Se acabaría la mayor parte de los problemas que no son otros que la desesperación de no verse atendido, de ver a su familiar desamparado.
Por eso, muchos trabajadores de salud (aunque no se quiera visibilizar sus voces por los medios dominantes) están en contra de este paro del cual no fueron consultados y asqueados por este tipo de conducción sindical que sólo busca mantener privilegios y no el bien de la gente.
* Enfermero y párroco en la Isla Maciel.
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