Lun 09.05.2011

SOCIEDAD  › EL MINISTRO DE CIENCIA Y TECNOLOGíA, LINO BARAñAO, SE REFIERE AL POLO TECNOLóGICO

“Un centro de primer nivel”

Durante una entrevista realizada por Página/12, Barañao detalló los avances en el proyecto del Polo Científico Tecnológico, en el predio de las ex Bodegas Giol. En septiembre será iniciada la primera etapa y abarcará 30 mil metros cuadrados.

El Polo Científico Tecnológico, impulsado por el Gobierno, ocupó brevemente las noticias por el desalojo, pacífico, de 40 familias que vivían en ruinosas construcciones ubicadas dentro del terreno de la ex Bodega Giol, donde se construye un multiespacio de la ciencia, en Palermo. Ahora, ya situado en otro marco, obras de arquitectura, Página/12 dialogó con el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, quien aseguró que “en septiembre” se inaugurará la primera etapa del proyecto donde se emplazará la cartera que él dirige, varios institutos internacionales de investigación, y la sede de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica (Anpcyt). El funcionario se mostró orgulloso por la creación de un espacio “sin antecedentes” en Sudamérica, que además permitirá repatriar científicos argentinos que trabajan en el extranjero al más alto nivel.

La inauguración de los primeros edificios del Polo, proyectada para septiembre de este año, permitirá reunir todo el Ministerio de Ciencia en una sede, y tener a sólo unos pasos, institutos de investigación científica de carácter internacional, y a la Anpcyt. En el denominado Edificio Rojo, que supo ser la bodega del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, estará la unidad administrativa del ministerio. Mientras que las restantes instituciones funcionarán en el Edificio Blanco. Además habrá un subsuelo con 180 cocheras para los cerca de 1000 empleados, y para que utilicen los visitantes del centro tecnológico. Todas estas edificaciones se encuentran dentro de lo que era la antigua Bodegas Giol, ubicada sobre la calle Godoy Cruz, desde Costa Rica hasta Paraguay, y que lindan en su parte trasera con las vías del ferrocarril San Martín.

Los institutos internacionales de investigación interdisciplinarias que se desarrollarán en el Polo son un “gran orgullo” para el ministro. Por ejemplo, se abordarán proyectos en torno de la biotecnología y la biomedicina, con la cooperación de la Sociedad Max Planck de Alemania. Las otras ramas de investigación estarán en un área de ciencias exactas y tecnológicas, y en otra de humanidades y ciencias sociales. En esta línea de trabajo internacional se lograron acuerdos para que especialistas franceses e italianos se desempeñen en conjunto con científicos argentinos. Ante la consulta por las precauciones tomadas en torno de la instalación de áreas experimentales en el centro de la ciudad, Juan Carlos Angelomé, director de obra, aclaró que “no implicarán riesgo”, ya que tienen la misma peligrosidad que “si fueran laboratorios clínicos”.

Barañao se mostró optimista porque investigadores de diversas disciplinas, y de distintas nacionalidades, “van a compartir el restaurante y eso, a su vez, va a estar abierto al público, algo totalmente novedoso”. Al estar situado en una zona céntrica de la ciudad “va a estar cerca de todo el mundo”, se entusiasmó.

El jefe de obra aseguró a Página/12 que esta primera etapa “está realizada en un 70 por ciento” y que “se encuentra en una fase de terminación”. Por estos días “se efectúan las divisiones internas de los edificios y acondicionan los laboratorios, con mobiliarios y equipos de precisión”, detalló. En lo que será el ministerio “ya se inició la terminación en pisos y cerramientos”. Ese edificio cuenta con un sistema inteligente de control, denominado Building Management Sistem (BMS), que permite controlar, gestionar y observar sistemas de aire acondicionado, instalaciones eléctricas y sanitarias”, contó el arquitecto. “Este mecanismo analiza el consumo de cada sistema, detecta fallas, corrige y optimiza esos servicios.”

La segunda etapa de obras se licitará y empezará a ejecutar en el segundo semestre. Allí funcionará la sede administrativa del Conicet en un edificio, y en otro, un museo y una casa de huéspedes. El museo estará “destinado centralmente al trabajo de docentes primarios y secundarios para que hagan de la ciencia algo interesante”, explicó Barañao. Además, ese edificio tendrá un auditorio con capacidad para mil personas en el que “se podrán hacer eventos científicos abiertos a la comunidad”, dijo el funcionario.

La primera etapa del Polo Científico abarcará 30 mil metros cuadrados y costará 100 millones de pesos. En tanto que la segunda ocupará unos 20 mil metros cuadrados y tendrá un costo de 120 millones. En ambos casos, los fondos serán provistos por el BID y el Tesoro Nacional. El ministro sostuvo que “la primera etapa se inaugurará en septiembre de este año y la otra en 18 meses”. Además, se planifica realizar una tercera parte que “se haría en los terrenos que fueron desocupados recientemente”. “Allí podemos instalar un corredor tecnológico rodeado de parques”, estimó.

“No hay en la región antecedentes de este tipo. Va a ser un centro para los colegas de América latina”, proyectó Barañao. Además, pronostica que muchos científicos argentinos serán repatriados, por la atracción que genera el área de investigación del Polo. “Regresarán jefes de laboratorios de universidades extranjeras que quieren radicarse aquí. Es un punto de atracción para los científicos de mayor nivel que quieren mantener esa exigencia.” En una frase el ministro definió al nuevo centro tecnológico argentino: “Será un espacio de ciencia de primer nivel abierto a la comunidad”.

Informe: Leonardo Rossi.

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