@Luego de seis meses de investigación, agentes de la Policía Metropolitana detuvieron ayer a tres personas que formarían parte de una red de venta ilegal de misoprostol, un medicamento que se suele utilizar para provocar abortos. Se los acusa de “ejercicio ilegal de la medicina y aborto”, según informó el comisionado Gabriel Rojas, titular de la División Especial de Investigaciones Telemáticas de esa fuerza, quien informó que se secuestraron 1500 pastillas. La venta se concretaba a través de Internet y el misoprostol provendría de una farmacia del barrio porteño de Monserrat. En diálogo con Página/12, Verónica Marzano, de la “Línea Aborto, más información menos riesgos”, estimó que la “espectacularización” del operativo es una forma de “asustar y meter al aborto en el closet”, en momentos en que el Congreso discute la despenalización.

Según explicó Rojas, la red de venta ilegal funcionaba a través de foros de Internet donde un hombre, que fue detenido en la localidad de Glew, ofertaba el medicamento. Los otros dos detenidos son empleados de una farmacia en avenida Independencia al 1400, en la Ciudad de Buenos Aires. “De ahí provenían las pastillas. Cuando fuimos, no tenían ninguna documentación de compra”, dijo Rojas. La denuncia fue hecha por esta división dedicada a delitos que implican el uso de tecnología y recayó en el Juzgado Federal 9, a cargo del juez Sergio Torres.

“Hay muchas mujeres que mueren por utilizar ese medicamento”, afirmó Rojas. Sin embargo Luciana Sánchez, abogada del colectivo Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto, una de las autoras de la guía que circula en Internet sobre el uso del misoprostol para interrupciones seguras de embarazos, afirmó a Página/12: “Aunque se use mal, no mata a nadie”. También informó que las autoridades uruguayas tienen una política de tolerancia sobre la circulación del medicamento: “Y en dos años bajaron a cero las muertes por abortos”.

El comisionado de la Metropolitana aseguró conocer la guía. “Falta información en esa guía. El misoprostol seguro no es, genera muchos problemas a las mujeres”, opinó. Pero Sánchez recordó que este medicamento, utilizado como antiinflamatorio gástrico, era de venta libre antes de 1998. “Hace 30 años que se usa para hacer abortos en Argentina y fue (Carlos) Menem, por presión del Colegio de Farmacéuticos bonaerenses, el que impuso la venta bajo receta. Ellos son los que más ganan con la venta clandestina”, aseguró.

El precio, con receta, es de 300 pesos por 16 pastillas (para abortar hacen falta 12). “En el mercado negro llegan a cobrar hasta 100 pesos por pastilla”, agregó Sánchez, quien teme que el gobierno porteño pretenda restringir aún más la venta, como ya pasó en Mendoza: “Tendría que volver a ser de venta libre”, opinó.

“El mercado negro responde a las necesidades de las mujeres más pobres. Las de mayor poder adquisitivo tienen acceso a recetas médicas. Cincuenta autoridades médicas nos aseguraron que bajaron las complicaciones en los hospitales a partir del uso del misoprostol”, afirmó Verónica Marzano. Sólo la venta legal creció 300 por ciento en 2010, según el sindicato de Farmacia y Bioquímica.