SOCIEDAD
La lengua de los mapuches, para no extinguirse, llega a las escuelas
En dos escuelas de Río Negro comenzará a enseñarse este año el idioma de los mapuches, utilizado hoy por muy pocos hablantes. Prometen revisar además la versión de la historia en los museos.
› Por Pedro Lipcovich
El mapu zungun llegará a los pichi wentru y a las pichi zomo de Río Negro: el idioma de los mapuches llegará a los chicos y las chicas de esa provincia, a partir de un acuerdo entre esa comunidad y el Ministerio de Educación local. La lengua de esa etnia está reducida a unos pocos hablantes, y la primera etapa de esta experiencia consistirá en “juntar la sabiduría de la gente que conoce el mapu zungun con los conocimientos de quienes tienen formación docente”, según explicó el coordinador del proyecto. El propósito es extender la educación bilingüe a todas las escuelas rurales de la provincia, y esta propuesta educativa (como todas) se inscribe en un proyecto político y económico, que en este caso es explícito: en una de las dos localidades donde empezará la enseñanza bilingüe, está en vías de firmarse la escritura que reconoce a mapuches la propiedad sobre sus tierras ancestrales, y esta escritura –corrigiendo el Código Civil– no será a nombre de personas sino de la comunidad. El convenio reconoce también la autoridad de los mapuches para revisar qué visión de su historia se ofrece en los museos provinciales; ya hicieron valer su autoridad en noviembre pasado, cuando una comunidad recuperó de un museo objetos tradicionales cuyo mensaje no estaba siendo bien transmitido (ver recuadro); los mapuches se proponen también rectificar versiones de museos nacionales y del Ejército.
El convenio se firmará hoy entre el Ministerio de Educación de Río Negro y el Consejo de Desarrollo de las Comunidades Indígenas (Codeci): en la etapa que abarca el próximo ciclo lectivo –de setiembre a mayo, en esa región–, el trabajo se desarrollará en las escuelas de dos localidades rurales, Lipetrén y Corralito; el objetivo será poner a punto una metodología para impartir educación bilingüe en todas las escuelas rurales de la provincia. El convenio también se refiere a los museos provinciales: “Acuerda en la devolución de todos los objetos de nuestra cultura mapuche que puedan ser restituidos a lugares sagrados, como cementerios; otros objetos permanecerán a resguardo en los museos pero no como parte de su patrimonio, sino a la espera de que la comunidad mapuche disponga de los lugares más adecuados para su conservación”, explicó Nancy Antenao, presidenta del Codeci (designada como tal por el Parlamento Mapuche, que reúne a las comunidades de esa etnia).
Víctor Capitán, uno de los coordinadores del Parlamento Mapuche, mostró a este diario cómo este acuerdo forma parte de un consistente proyecto político: “El reconocimiento de nuestras comunidades empezó con el retorno de la democracia, en 1983; en 1988, la Ley provincial 2287 reconoce la existencia de los mapuches y requiere la educación bilingüe, que recién ahora empieza a ponerse en práctica. En estos últimos años, en los profesorados se empezó a impartir una visión crítica del discurso tradicional, que denigraba a los que llamaba ‘indios’; muchos docentes rurales cambiaron su punto de vista y muchos chicos se atreven a identificarse con la condición de mapuche. Antes, los padres mapuches prohibían a sus hijos usar el idioma para que no fuesen discriminados”.
La elección de las localidades donde empezará el bilingüismo no es casual: “En Lipetrén estamos concretando el amojonamiento de las 164.000 hectáreas que corresponden a la comunidad; luego vendrá la mensura, para cuya financiación esperamos el aporte del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, y la escrituración. El título será de propiedad comunitaria, otorgado a todos los pobladores de la comunidad: esto, de hecho, se basa en el Convenio 169 de la OIT, ratificado por la Ley Nacional 24.071, que reconoce los derechos territoriales a las comunidades indígenas”, destacó Capitán, y agregó que “la Constitución nacional, en su artículo 65 inciso 17, reconoce la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas con respecto al Estado: entonces, las tierras que reclamamos no son ‘fiscales’, sino mapuches”.
En la experiencia de enseñanza bilingüe que arranca este año, “se empezará por hacer dos listas: por un lado, mapuches que hablan el mapuzungun; por otro, docentes que, siendo indígenas, no hablan el idioma: la sabiduría de aquellos hablantes, muchos de los cuales tienen poca formación desde la cultura occidental pero conocen mucho de cultura mapuche; esa sabiduría debemos articularla con la de quienes se han formado como docentes”, explicó el dirigente mapuche.
El idioma mapuche era ágrafo, no tenía escritura. Su transcripción al alfabeto latino no es fácil, ya que muchas veces los sonidos no coinciden. “El proyecto más avanzado es el de un peñi (‘hermano’) chileno que murió sin completarlo; la mayoría de los mapuches nos guiamos por este sistema, que trata de adecuar los caracteres latinos al fonema y la pronunciación del mapu zugun”, precisó Capitán.
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