“La muerte de Ariel Domínguez fue un nuevo hecho de violencia extrema que exige transformar la cultura y las prácticas de la Policía Federal”, sostuvo el CELS en un comunicado. “La persecución de adolescentes y el descontrol en la violencia por las fuerzas de seguridad son prácticas cotidianas, que adquieren visibilidad cuando tienen estas consecuencias gravísimas”, agregó el organismo de derechos humanos. “La posibilidad de que el efectivo no haya tenido la intención de disparar no implica que se haya tratado de un accidente, sino que subraya la necesidad de reformar las prácticas institucionales de la Policía Federal”, puntualizó el CELS, que denunció el “desproporcionado despliegue contra un grupo de adolescentes, la participación espontánea de un policía ajeno al operativo y el descontrol en el uso de la fuerza”. Marcela Perelman –coordinadora de Políticas de Seguridad y Violencia Institucional del CELS– sostuvo que “para una mejor inserción de las instituciones de seguridad en el sistema democrático, es necesaria una revisión integral de sus lógicas cotidianas”.