SOCIEDAD › LA MINISTRA DE SEGURIDAD, NILDA GARRE, HABLA SOBRE EL OPERATIVO DE CONTROL DE DROGAS A TRAVES DE RADARES
“La construcción de radares es una política de largo plazo”, dice la ministra, que destaca que la tecnología que se usará fue desarrollada y fabricada en el país. También aclara que los militares no harán seguridad interior.
› Por Raúl Kollmann
Los hermanos Juliá fueron sorprendidos cuando llevaban una tonelada de cocaína a Barcelona en un jet privado. Dentro de un yate que salió de La Plata hacia Uruguay se encontró media tonelada. A dos gendarmes en Salta la propia Gendarmería los sorprendió con 966 kilos. Un dato asombroso: por correspondencia, en sobres o paquetes, impregnada en papel, se detectaron este año 650 kilos de cocaína. Con todas estas cifras a la vista, el Poder Ejecutivo puso en marcha esta semana el Escudo Norte, un operativo de control del espacio aéreo con una amplísima cobertura de radares. La presentación se hizo en Santiago del Estero con la presencia de la Presidenta y de la ministra de Seguridad, Nilda Garré. Página/12 dialogó con Garré sobre los detalles de Escudo Norte y los cuestionamientos de la oposición.
–Desde ya que no afrontamos un problema fácil –sostiene Garré–. Tenemos una frontera extensa, con baja densidad de población y en muchas partes selvática. Eso es justamente lo que nos llevó a poner en funcionamiento gran cantidad de recursos. Y no sólo en la frontera, sino también cubriendo más el interior del territorio. Los radares detectan las incursiones ilegales de aviones, pero esos aparatos después bajan. De manera que tendremos el despliegue necesario también dentro del territorio.
–Hay cuestionamiento a la capacidad de los radares.
–Digamos primero que gracias a la iniciativa del presidente Néstor Kirchner se encargaron al Invap, una empresa nacional, del Estado rionegrino, once radares comerciales. Funcionan muy bien y la organización internacional que regula el tráfico aéreo, la OACI, los homologó. Esto sólo ya es extraordinario. Los radares comerciales sirven para lo que se llaman los vuelos cooperativos, es decir que desde el avión se comunican con la torre y dicen cuál es su ubicación. Lo que ahora afrontamos son los vuelos no cooperativos, que requieren de tres dimensiones para ubicar el avión intruso. El Estado encargó ahí seis radares militares al Invap, con tecnología argentina. La sigla en inglés es RAME, de alcance medio. Esta semana presentamos un preprototipo en Santiago del Estero.
–La oposición objeta que el alcance de esos radares es de apenas 200 kilómetros.
–El que presentamos esta semana sí, pero en total el Invap entregará otros seis, que tienen un diámetro de 400 kilómetros. Piense que no teníamos nada y ahora tendremos siete, el que ya presentamos y a partir de septiembre otros seis. Pero a esto agregue que vamos a afrontar los vuelos intrusos que se hacen a baja altura con otro tipo de radares, los Rasit. De esos se ubicarán 20. Y no sólo detectan aviones a baja altura, sino también movimientos terrestres. Piense que detectan cualquier movimiento en 30 kilómetros de diámetro y hasta a 1500 metros de altura. Le aclaro que Escudo Norte es bastante más que todo eso: incluye otros elementos.
–¿Cómo cuáles?
–Telescopios, telémetros, dispositivos de visión nocturna. Y a esto le agregamos nuevas camionetas, vehículos y hasta mulas, para cargar con droga incautada dentro de la selva y hasta, por ejemplo, el río más cercano, del que se retirarán los estupefacientes con lanchas.
–¿Es cierto que hay unos cien vuelos clandestinos que entran a la Argentina todos los meses?
–Es una cifra que no tiene ninguna verificación con los sistemas que utilizamos hasta ahora. Es una cifra tirada al aire. Hemos instalado un centro en Merlo, provincia de Buenos Aires, con la mejor tecnología. Ahí se recibe toda la información, se filtra en uno o dos minutos y tenemos un análisis de cada vuelo que entra al país. La fuente de esa información son los radares. Habrá un coaxil directo a la Gendarmería, es decir que en uno o dos minutos la Gendarmería sabrá de la existencia de un vuelo irregular. Por los primeros datos que tenemos de ese centro, en los últimos 15 días nos informaron de siete vuelos irregulares, percibidos por los radares Rasit. Con Escudo Norte, que es todo el sistema que ahora ponemos en marcha, tendremos más información todavía.
–No faltan quienes cuestionan Escudo Norte sosteniendo que es darles participación a los militares en seguridad interna. Argumentan, por ejemplo, que los radares se le podrían haber dado a la Gendarmería.
–Los radares sirven para el sistema de defensa y tendríamos que comprar otros radares para que los maneje la Gendarmería. Nos pareció una solución más adecuada la articulación y no que cada fuerza realice un gasto enorme. La ley prevé la cooperación logística en caso de necesidad y no nos movemos de eso. Igual estamos trabajando en la modernización de radares Rasit que desde 2009 tienen Prefectura y Gendarmería. La Prefectura, por ejemplo, tiene dos, y con eso cubrimos las zonas lacustres, el ingreso de embarcaciones menores. De ninguna manera queremos que los militares hagan seguridad interior, el apoyo es logístico y los que proceden ante cada hecho son la Gendarmería y la Prefectura.
–También se argumenta que esto se puso en marcha como parte de la campaña electoral.
–La construcción de radares es una política de largo plazo. Tenemos uno ahora y en septiembre el primer con 400 kilómetros de diámetro. Después otros cinco más. En total, siete. A eso, agréguele los 20 radares adicionales de baja altura. Se hicieron varias licitaciones, pero lo impresionante fue la decisión del presidente Kirchner y ahora la Presidenta de hacer todo en el país. Se pusieron en marcha once radares comerciales y ya se encargaron diez más. Estamos en condiciones ahora de vender radares y, además, tenemos la enorme ventaja de que ante un desperfecto los repuestos y las reparaciones son también argentinos. Otros elementos de tecnología redondean Escudo Norte: por ejemplo, los telescopios, detectan vehículos o aeronaves y les sacan fotos. Y multiplicamos los vehículos para el control de caminos, rutas y huellas.
–Algunos sostienen que la mayor parte de la droga entra por tierra y que por lo tanto esto no es más que un show.
–Desde ya que una buena parte de la droga entra por tierra, aunque no sabemos exactamente cuáles son las proporciones. Nuestra responsabilidad es enfrentar el tráfico en los dos aspectos. Con el Escudo Norte y también con el Operativo Aguila, que consiste en ser muchísimo más rigurosos con los movimientos en la frontera terrestre. Estamos fortaleciendo la inteligencia criminal, para detectar los movimientos de bandas en la frontera. Los perros son importantísimos en la detección de drogas: no sólo consolidamos la cantidad de perros que tenemos sino que la vamos a ampliar en forma significativa. Tenemos un plan de scanners para controlar los transportes en las rutas. Ya dijimos que los radares Rasit nos van a permitir detectar movimientos en los senderos en la selva. Dotamos a la Gendarmería y la Prefectura con más camionetas para enfrentar esos movimientos. Y en materia de inteligencia criminal estamos coordinando con todas las provincias y también con los países vecinos. La Presidenta hizo alusión en Santiago del Estero a la muerte de Facundo Cabral y lo que significa que haya sicarios, criminalidad organizada, un inmenso manejo de fondos que compra a policías, políticos, funcionarios judiciales. Estamos combatiendo eso en todos los terrenos y también en el terreno social, no dejando a la población de menores recursos de las fronteras sin asistencia social y trabajo, es decir no dejándolos en manos de las ofertas que les puedan hacer los narcos.
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