SOCIEDAD › INéDITAS MEDIDAS DE PREVENCIóN EN NUEVA YORK POR LA AMENAZA DE FUERTES VIENTOS E INUNDACIONES
Unas 250 mil personas deben dejar sus casas; a partir del mediodía dejarán de funcionar el subterráneo y el transporte terrestre. Los tres aeropuertos estarán cerrados. Habrá un apagón programado y se teme que haya inundaciones y destrozos.
A la espera del violento huracán Irene, las autoridades de Nueva York ordenaron la evacuación de unos 250 mil habitantes y habilitaron refugios para otras 70 mil personas. Además, dispusieron la interrupción del masivo servicio de subtes, todo el sistema de transporte terrestre y los vuelos de los tres aeropuertos de la ciudad. Habrá un apagón programado para evitar consecuencias peores. Es la primera vez que se disponen medidas de ese tipo en la gran metrópolis. Según las previsiones, Irene empezará a sentirse en el distrito entre la tarde y la noche de hoy, pero todo indica que el impacto fuerte se producirá a partir de las primeras horas de mañana. Además de los destrozos que puedan ocasionar los fuertes vientos, se estima que puede haber inundaciones. Y se teme que muchos túneles de los subterráneos queden anegados.
Con el ojo del torbellino aún a un día de la costa de Estados Unidos, las olas que golpeaban las playas de Carolina del Norte superaban ayer los tres metros, según el Servicio Meteorológico Nacional de ese país. En la zona, la avanzada del ciclón trajo lluvias y vientos fuertes sostenidos, por lo que fue allí donde comenzaron las evacuaciones. El huracán Irene tiene un diámetro de 820 kilómetros, según una estimación de la NASA.
Unos 65 millones de personas viven en la franja costera que se cree se verá alcanzada por el fenómeno. Esa zona abarcaría de Carolina del Norte a Sandy Hook, en Nueva Jersey, al sur de Nueva York, aunque el alerta incluyó también Long Island, Martha’s Vineyard y Nantucket, en Massachusetts.
En su pasada por el Caribe, el ciclón dejó un saldo de seis muertos, tres en República Dominicana, dos en Haití y uno en Puerto Rico, y un escenario de destrucción de viviendas, infraestructura y servicios públicos. Ante ese panorama y ante el miedo a una devastación similar en la zona continental, en Nueva York se ordenó la evacuación de unas 250 mil personas. Según expertos, las zonas sensibles podrían sentir hoy una inundación masiva, como la que nunca sufrió esa ciudad. Los especialistas afirmaron que el agua podría inundar los túneles que unen Brooklyn y Nueva Jersey con la isla de Manhattan y el Metro, así como Wall Street o el aeropuerto más importante de la ciudad, el John Fitzgerald Kennedy.
Por eso, las autoridades locales y nacionales pidieron que se respeten las instrucciones. Se trata de “una cuestión de vida o muerte”, aseguró el intendente local, Michael Bloomberg. Los barrios más vulnerables al huracán serán los del extremo sur de Manhattan, Coney Island y Manhattan Beach (Brooklyn, sudeste), Far Rockaway y Broad Channel (Queens, noreste) y otros sectores costeros de Staten Island (sur).
Por otro lado, se estableció la habilitación de 147 refugios equipados con equipos de supervivencia, capaces de albergar a 71 mil personas. En cuanto al transporte, los subtes que diariamente utilizan millones de neoyorquinos estarán todo el día interrumpidos, mientras que se cancelaron cientos de vuelos nacionales e internacionales en sus tres aeropuertos, que deberán cerrar.
“El peligro es grande”, insistió el alcalde durante una conferencia de prensa y sugirió a los neoyorquinos que permanezcan en sus casas durante 24 horas a partir del sábado por la noche. También les pidió evitar acercarse a las ventanas y almacenar agua y alimentos para los próximos días, ya que los transportes públicos quedarán cerrados desde este mediodía. También, la ciudad tendrá un apagón generalizado para evitar males mayores. Por eso, ayer cientos de personas abarrotaban tiendas en busca de linternas e insumos. También hospitales y geriátricos de las zonas más afectadas trataban de evacuar ayer a la totalidad de los pacientes.
El secretario de Defensa, Leon Panetta, manifestó la disposición de las fuerzas armadas para ayudar como “parte de los preparativos y respuesta del gobierno” al huracán. En tanto, el Pentágono informó que se posicionaron 225 camiones no militares con “equipos, alimentos, agua y generadores” y que 18 helicópteros militares estaban listos a lo largo de la costa para proporcionar respaldo a las tareas de rescate en caso necesario.
Defensa también puso a disposición de los gobernadores de los estados costeros orientales 101.000 miembros de la Guardia Nacional por si fuera necesario su apoyo, agregó el Pentágono.
Irene, un tipo de huracán muy inusual en la costa este de Estados Unidos, debería sacudir esa franja hoy por la mañana antes de subir el domingo en dirección a Nueva York, donde una tormenta “extremadamente peligrosa” podría provocar una subida de las aguas de tres a cuatro metros. La Casa Blanca monitorea la situación desde hace días y las autoridades aconsejan a los ciudadanos hacer acopio de agua, baterías y linternas, además de prepararse para el posible apagón masivo, con la recomendación de no abandonar las casas. “Huracán histórico”, definió el presidente Barack Obama. Promete serlo.
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