En forma sorpresiva, la ministra de Seguridad, Nilda Garré, salió ayer a respaldar los operativos de la Gendarmería en el sur de la ciudad de Buenos Aires. La conferencia de prensa de la funcionaria coincide con versiones que indican que en la noche del domingo, en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, hubo una tentativa de incitar a una especie de pueblada con la falsa excusa de un ataque sufrido por un joven a quien los propios narcos iban a apalear. Según parece, el objetivo del conato era producir un movimiento para reclamar contra la presencia de la Gendarmería en la zona. Como existían versiones en la 1-11-14 de que se intentaría nuevamente una maniobra similar, Garré salió a reiterar que la Gendarmería está allí para quedarse y que desde que existe el operativo Cinturón Sur las detenciones de narcos y el secuestro de drogas se multiplicaron.

Según informó el Ministerio de Seguridad, a las 18 del domingo la Unidad Cinturón Sur número 34 detectó a cinco personas en la 1-11-14, a una de las cuales se le secuestraron 498 envoltorios de estupefacientes. El sujeto fue detenido por orden del juez Claudio Bonadío. Una hora después, familiares del apresado intentaron producir disturbios en el barrio y minutos más tarde hubo una denuncia en la comisaría 52 en la que se señaló que un grupo de narcos planeaba el ataque a un joven de la 1-11-14 con el objetivo de reclamar posteriormente el alejamiento de la Gendarmería de la zona Sur.

Como se sabe, Garré dispuso este año que la Gendarmería reemplace a la Policía Federal en esa parte de la ciudad. La idea era redistribuir las fuerzas, pero sobre todo romper el statu quo de los arreglos que presuntamente se habían forjado entre narcos y hombres de uniforme policial.

“La acción profesional de la Gendarmería en esta zona está afectando los intereses concretos de los narcotraficantes que pretendían generar disturbios mayores con los que pretender expulsar a esta fuerza de la zona sur. La iniciativa tiende a provocar algún tipo de reacción del personal de la fuerza e inventar como consecuencia de esa reacción la aparición de un menor herido que resida en el lugar para desatar el apoyo de habitantes de los complejos vecinos”, reveló la ministra. “Desde el comienzo del Operativo Cinturón Sur, la Gendarmería Nacional detuvo a diez narcos, secuestró unas 4000 dosis de paco y cocaína e incautó aproximadamente 131 mil pesos producto de la venta de los mismos”, destacó Garré.

“En los diez meses que van de este año –redondeó la ministra–, las cuatro fuerzas federales de seguridad secuestraron más estupefacientes que en todo el año 2010. Estamos muy satisfechos. La lucha contra el narcotráfico, que significa crimen organizado, es el principal objetivo en esta materia del gobierno de la Presidenta y por lo tanto de esta cartera.”

Los procedimientos del estilo de los que se están haciendo en la 1-11-14 apuntan al llamado mercado interno del consumo. Se trata de cocaína que entra desde el norte y se consume en toda el área metropolitana. El otro gran rubro del crimen organizado son las cargas que pasan por la Argentina camino a Europa, principalmente España. En ese terreno, Garré anunció que en estos días se está por instalar el primer radar –en la versión definitiva que se va a usar– para la detección de los vuelos clandestinos y que se ubicará en Las Lomitas, Formosa, con un radio de detección de 400 kilómetros, mientras que funciona en Santiago del Estero un prototipo menor con 200 kilómetros de alcance.

No obstante, hay bastantes indicios de que una parte sustancial de la cocaína que se mueve por el país entra por vía terrestre y, básicamente, por la frontera de Bolivia en la zona de Salta, mientras que la marihuana suele venir de Paraguay, ingresando por Misiones y Formosa. Garré señaló ayer que la clave está en los trabajos de inteligencia criminal. Cada fuerza tiene su unidad en esa materia, pero el ministerio está trabajando en una estructura propia de inteligencia. Es que se sabe que uno de los puntos básicos del narcotráfico es la complicidad con fuerzas de seguridad.