“Casos como el de Pergamino son excepcionales, en cerca de 8 mil escuelas estatales y 3 mil escuelas privadas de todo el país.” David Goldsman es director de Escuelas Secundarias del Ministerio de Educación de la Nación, y ante una consulta de Página/12 se refirió de este modo con relación al incidente ocurrido en la escuela de Pergamino.

–Los casos como éste claro que nos duelen, nos parecen terribles, pero no es el cotidiano del trabajo de las escuelas. Hay muchos aspectos que se van modificando en la educación. El año pasado hubo planes de mejora en 3 mil escuelas y este año se suman las 5 mil restantes.

–¿Por qué lo cita en el marco de este caso?

–Porque estos planes asignan horas institucionales para acompañar la mejora de los aprendizajes y de la convivencia. Para nosotros es la forma en que se avanza, tener acuerdos de convivencia, hablar en las aulas sobre la convivencia.

–Si un caso como el citado es excepcional, ¿cuáles son los temas de conflicto en la convivencia en lo cotidiano? Porque conflictos cotidianos seguramente hay.

–Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, temas como qué se hace cuando una piba está embarazada para que no pierda la escolaridad. O qué se hace con situaciones de conflicto en el aula, conflictos como los hubo en cualquier escuela. Lo que se busca ahora es que ningún alumno sea expulsado del sistema. Mientras la secundaria sea obligatoria, ningún alumno puede quedar fuera del sistema. Puede ser que en algún caso no funcione en una escuela y haya que trasladarlo a otra. Esto no quiere decir que no haya sanciones. Tiene que haberlas...

–¿Se refiere a que anteriormente la sanción encajaba dentro de una política educativa punitiva?

–Claro, en la enorme mayoría de los casos, hay y tiene que haber otras alternativas a las sanciones. No quiero decir que no existen casos graves, ni minimizarlos, pero en las escuelas, hoy, en todo el país, tenemos 3 millones y medio de estudiantes. Desde lo de Carmen de Patagones, lo de Salta, lo de Tucumán, que son situaciones tremendas pero puntuales, se va haciendo un trabajo de contención y de acompañamiento a la institución, a las familias; son complejidades que hay que atender.

–Usted señala que son casos excepcionales. ¿Cree que la prensa amplifica esos casos?

–No creo que los amplifique, porque son terribles.

–Me refiero a si cree que existe una función periodística semejante a la que cumple en los casos de inseguridad, no porque magnifiquen sino porque multipliquen.

–Exacto, la noticia es terrible, nos hacemos cargo de lo terrible de la situación y de acompañar a la familia y a las instituciones. Es una noticia, pero mañana va a desaparecer. Repito que hoy tenemos en la secundaria 3 millones y medio de pibes. Es cierto que puede haber complicaciones en esta mamá, pero también denigramos que salga por televisión esposada. Es posible que haya podido haber maltrato, somos autocríticos y no siempre tenemos las mejores respuestas. Pero no se puede denigrar al maestro mostrando su cara golpeada.

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