Internado por una fractura en su antebrazo izquierdo, el único acusado por el accidente vial en el que murieron ocho personas en Chacabuco –cinco de ellas chicos– pasó la noche de ayer en el área de Traumatología del hospital municipal de ese partido bonaerense. Se llama Antonio Sánchez y manejaba el camión que habría causado la tragedia al morder la banquina, tras lo cual su acoplado se desplazó hacia el otro carril de la Ruta 7. Según pudo averiguar este diario, estaba lúcido y sin ningún tipo de custodia. Ayer el fiscal general de Junín, Juan Manuel Mastrorilli, imputó a este chofer de 60 años el delito de “homicidio culposo agravado por el número de víctimas”. Mientras tanto, tres chicos de 7, 10 y 11 años de los que viajaban en la combi continuaban en grave estado, con “pronóstico reservado”.

Según se informó oficialmente, en la zona del accidente, el kilómetro 180 de la Ruta Nacional 7, que une Buenos Aires y Chile, se estaba preparando una ampliación de la calzada, para llevarla de 6,70 metros a 7,30, y agregar dos metros y medio de banquina. “La obra estaba correctamente señalizada, con la advertencia de que bajaran la velocidad”, dijo ayer Florencio Randazzo. El ministro del Interior de la Nación también detalló que la banquina que tocó el camión el jueves a las 21.40 tenía cierta profundidad, debido a que tenía que ser rellenada con hormigón.

“Cuando el camión toca esa banquina, al ser más profunda, enseguida se produce el efecto tijera y el acoplado se fue a la mano contraria. Cuando la combi choca, es tan fuerte el impacto que además hace volcar el acoplado, que estaba cargado al 30 por ciento, sobre la camioneta”, comentó una fuente de la investigación. La carga eran láminas de chapa, lisas, que cayeron sobre la camioneta que transportaba a varios chicos de localidades aledañas a General Villegas, como el pueblo de Banderaló, que venían de probarse en Racing Club, y también a varios padres.

Los chicos venían en una especie de caravana, con otras dos combis de la empresa juninense Alanis que pararon a cargar nafta en San Andrés de Giles. Varios padres iban en sus autos detrás de la camioneta. Ayer, tanto Randazzo como el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, aseguraron que la combi iba por lo menos a 130 kilómetros por hora, ya que uno de los padres testificó que él conducía a 125 y no podía alcanzarlos. “Hubo una cuota de imprudencia, ahora habrá que ver los peritajes”, dijo Randazzo refiriéndose al conductor de la empresa Alanis, Alejandro González, quien falleció.

La lista de víctimas fatales incluye a dos madres de los chicos Mariel Calcina y Ana María Galetto y a los chicos Pedro Mendíaz, Tiago Godoy, Elías Cuenca, Juan Díaz y Tomás Merlano. “Se ha dado en dos casos donde una mamá y un hijito han fallecido”, reveló ayer el director del hospital de General Villegas, Carlos Palombo. De los 13 sobrevivientes, trasladados a Chacabuco, General Villegas, Junín, Pergamino y Haedo, “hay siete pacientes con código rojo, que significa de extrema gravedad”, confirmó ayer el director de Emergencias bonaerense, Adrián Tarditti.

Los tres niños con estado reservado son Gianfranco Lucy, de 11 años, con traumatismo de cráneo grave, a quien se le realizó una cirugía descompresiva neuroquirúrgica; Diego Echenique, de 7, con traumatismo de cráneo-encefálico grave y Valentín López, de 10, con politraumatismo grave de cráneo con hematoma y contusión intracraneal, a quien también se le realizó una cirugía descompresiva. Los dos primeros están en el hospital de Junín y el tercero en el Hospital San José de Pergamino. Todos tienen respirador artificial.

Otros chicos internados, en condiciones “estables”, son Valentina Merlano, Brian Wisner, Manuel Satragno, Martín López, Santiago Cuenca y León Galotti, con edades de entre 7 y 11 años. El padre de Brian, Pablo Wisner, de 40 años, está en terapia intensiva, con asistencia respiratoria, y fue trasladado ayer a una clínica privada de Chacabuco. En el hospital municipal de esa localidad quedó internada María Aviati, “inestable hemodinámicamente, con soporte vasopresor”, según el último parte médico. A Fabiola Martínez, tras drenarle la sangre de los pulmones, la llevaron a la clínica Pequeña Familia de Junín. Pese a los fuertes golpes que recibió en la cabeza y la columna, está lúcida y sin respirador.

“En un accidente de esta magnitud siempre es prudente esperar 48, 72 horas, y repetir los estudios cada doce horas, porque hay traumatismo de abdomen cerrado, hay traumatismo cerrado de tórax, traumatismo encefalocraneano”, señaló ayer Juan Manzur, luego de visitar el hospital de Chacabuco. El ministro de Salud de la Nación destacó la colaboración de enfermeros, bioquímicos, administrativos, médicos del hospital que en medio de la conmoción “vinieron rápidamente en forma voluntaria, y médicos que no forman parte de este hospital también vinieron a colaborar”.

La velocidad a la que venía el chofer del camión, si estaba ebrio o no, o si se durmió, son en este momento materias de investigación. Por ahora, es “el único imputado” y podría afrontar penas de entre dos a cinco años de prisión, dijo ayer en conferencia de prensa el fiscal Juan Manuel Mastrorilli, pasado el mediodía. A esa hora, los menores fallecidos eran velados en el club Juventud Unida de Banderaló, donde ellos jugaban al fútbol. En el pueblo se estableció un luto por tres días.

Por su parte, el intendente de General Villegas, Gilberto Alegre, dijo que el lugar del accidente “es muy riesgoso” y recordó “que en muchas oportunidades se ha solicitado que se hiciera la autovía por lo menos hasta Junín”.