“Cuando hablábamos de inclusión parecía que se trataba de que el chico esté en la escuela, como si la escuela fuera un depósito de pibes, pero hoy por hoy los chicos vienen con ganas y otras expectativas, la familia se acerca y nosotros tenemos otras herramientas”, opina uno de los profesores entrevistados sobre el funcionamiento del Programa Conectar Igualdad (PCI), en el marco de un estudio realizado por once universidades nacionales, presentado ayer por el ministro de Educación, Alberto Sileoni, junto al titular de la Anses, Diego Bossio. La investigación, además, arroja que el 85 por ciento de los estudiantes y docentes encuestados cree que el programa contribuye a generar igualdad de oportunidades entre los jóvenes. En la percepción de los encuestados, el PCI aumenta la permanencia de alumnos secundarios en la escuela y la inclusión social de familias, entre otros beneficios.

“Se trata de una medida que reafirma el valor de la escuela pública, una medida universal que deja atrás las políticas focalizadas de los años ’90”, sostuvo Sileoni en la presentación. Por su parte, el jefe de gabinete de Educación, Jaime Perczyk, explicó a Página/12 que “la computadora es un bien de consumo, inaccesible para un sector social, que fomenta una lógica de profunda desigualdad”. “Eso se rompe cuando el Estado comienza a proveer a todos los chicos por igual.” Los pibes “comienzan a construir un proyecto escolar, y encima esa tecnología que llevan a las casas permite que también incluyan a sus papás”.

Desde el lanzamiento de la iniciativa, en abril de 2010, el programa alcanzó a más de cuatro mil establecimientos, entre ellos 3800 escuelas secundarias, 577 de educación especial, 389 institutos superiores de formación docente, con más de 1,8 millón de netbooks en manos de estudiantes. El Plan Nacional Conectar Igualdad prevé la distribución de más de tres millones de computadoras para 2012. Para los jóvenes de colegios secundarios, los equipos se entregan en comodato, hasta que terminen la escuela, cuando pueden quedárselas.

El 69,5 por ciento de los consultados considera que el Programa Conectar Igualdad ayudará al ingreso y a la reinserción escolar. El 85 por ciento de los adultos y el 78 por ciento de los estudiantes dijo que el programa es “fundamental para mejorar la escuela pública”. En ese sentido, un profesor de la provincia de Corrientes explicó que a la hora de enseñar los poderes del Estado, “no es lo mismo que vos le cuentes cómo se maneja el Congreso a que todos entren en la página de la Cámara, que vean quiénes son los diputados, que los conozcan, que vean los proyectos”.

También en los docentes se produce un cambio. “En mi caso –cuenta otra docente–, tengo analfabetismo tecnológico como le dicen, es como que le tengo temor a la computadora, pero me siento tranquila... El otro día les pedí ayuda a unos chicos para una proyección y ellos me lo armaron todo.” Es una manera de relacionarse de otro modo con el alumno, aseguró.

Había dos grandes temores en cuanto a la seguridad, según Perczyk, el de los robos y el del uso: “La realidad es que de 1,8 millón de netbooks entregadas, sólo hubo 1200 hurtos, que es un porcentaje muy bajo; y el otro miedo, de que los chicos entraran en lugares oscurísimos, no ha pasado”.

Entre las objeciones, algunos docentes apuntaron al uso de redes sociales. No obstante, según la encuesta, sólo el 11,3 por ciento de los alumnos entran en Facebook o Twitter, mientras que el 71,7 usa programas de ofimática (programas de oficina), el 32,1 por ciento busca información y el 43,4 por ciento hace tareas escolares. “Que se haya podido distribuir esa cantidad de computadoras, en las 24 provincias argentinas, hace crecer la autoestima del Estado, del pueblo, de la educación”, opinó Perczyk.

Informe: Rocío Magnani.