SOCIEDAD › OPINIóN
› Por Pedro Mouratian *
El 21 de marzo fue declarado por las Naciones Unidas Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, en conmemoración de la resistencia del pueblo afrosudafricano en defensa de sus derechos sociales y civiles frente a la violencia del apartheid. En esa fecha de 1960, veinte mil personas marcharon por las calles de Sharpeville, en Sudáfrica, para manifestarse contra el racismo y fueron brutalmente reprimidas.
El apartheid, uno de los mayores ejemplos de discriminación racial, fue un régimen que segregó a los habitantes sudafricanos según su color de piel o “raza”. La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial sostiene que toda doctrina de superioridad basada en la diferenciación racial es científicamente falsa, moralmente condenable y socialmente injusta.
En la actualidad, el racismo es una práctica social discriminatoria que no sólo tiene vigencia a través de la clasificación en “razas”, ya que también se ha ampliado a otro tipo de rasgos físicos y culturales, por eso puede asociarse a otras expresiones discriminatorias como la xenofobia.
El racismo es un tipo de pensamiento intolerante que desvaloriza a los colectivos culturalmente diferentes a la cultura hegemónica y que se manifiesta por medio de agresiones físicas y verbales.
Como parte de un legado de colonización y esclavitud, en el continente americano, tanto la población africana y afrodescendiente como las culturas africanistas han padecido el desprestigio, el silenciamiento y la estigmatización. Es así que las prácticas discriminatorias y racistas persisten aún hoy, y para ser erradicadas definitivamente requieren un fuerte compromiso local e internacional.
La Conferencia Mundial de Durban en el año 2000 y la posterior declaración de la ONU del 2011 Año Internacional de los Afrodescendientes configuran avances sustanciales en el empoderamiento de los colectivos históricamente invisibilizados hacia el reconocimiento de sus derechos como ciudadanos plenos.
El Inadi trabaja a través de su Programa Afrodescendientes, fomentando políticas públicas que permitan visibilizar a la comunidad afrodescendiente en la sociedad argentina y garantizarle una plena ciudadanía. En este sentido, el último censo relevó por primera vez la cantidad de población afrodescendiente que vive en Argentina.
El 21 de marzo es un día de reflexión y sensibilización en pos de la inclusión social, el respeto por la diversidad cultural y la igualdad para todos y todas. En esta fecha, renovamos nuestro compromiso de trabajar contra el racismo, por la integración del colectivo afrodescendiente y por la valoración de la diversidad cultural como parte constitutiva de nuestra cultura.
* Interventor del Inadi.
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