Por más de seis horas, y por iniciativa propia, ayer el ministro de Salud de Uruguay, Jorge Venegas, explicó ante diputados y senadores las medidas que llevarán adelante, tras el caso de los dos enfermeros que mataron, al menos, a 15 pacientes. “Han llegado muchas denuncias y están siendo canalizadas a la Justicia”, dijo el funcionario antes de comenzar la audiencia en referencia a las dudas y reclamos de 500 familias más. Venegas insistió en que no fallaron los controles, ni sobre los enfermeros ni sobre los medicamentos, y recordó que, además de morfina, uno de los enfermeros utilizó “embolias de aire”. Desde la oposición lo tildaron de ministro “nominal” y pidieron eliminar “el corralito” o los trámites legales para cambiarse de mutual, ya que muchos afiliados quieren irse de la Asociación Española, donde ocurrieron 10 de las muertes reconocidas por los dos enfermeros.

“Los ajustes sobre los medicamentos los tenemos diariamente, tenemos protocolos, tenemos formas de hacerlo”, dijo Venegas, en el anexo del Parlamento, donde se reunieron las autoridades de las comisiones de Salud de ambas Cámaras. Ayer se supo que el juez Rolando Vomero está investigando a los encargados de las farmacias del Asociación Española, luego de confirmar que la morfina, el dormicum y la lidocaína encontrados en la casa de uno de los enfermeros salieron de esa entidad y no del hospital público Maciel, donde se corroboraron otras cinco muertes. Para la Justicia, pudo haber encubrimiento o complicidad de estos encargados.

El ministro, de origen comunista y “cajetilla”, como lo definió un asistente suyo por el pelo engominado y el buen vestir, soportó ayer una larga embestida de la oposición: el Partido Nacional y el Partido Colorado. Aclaró que desde que asumió, en agosto pasado, reinstaló la Comisión de Seguridad del Paciente “como forma nacional”. Luego insistió en que fue “un debate interesante”, donde el gobierno aportó documentación y cálculos estadísticos.

En diálogo con Página/12, el senador colorado Alfredo Solari aseguró que el sistema de salud uruguayo no tiene controles para detectar lo hecho por los dos enfermeros acusados de homicidio agravado. “Y los controles que sí tiene sobre errores médicos y mala praxis no se aplicaron con rigurosidad”, dijo este senador, quien fue dos veces ministro de Salud. Hay auditorías, agregó, cuando ocurren varias muertes inesperadas: “Se autopsia el cadáver y así se detecta qué es lo que realmente le pasó. Se pudieron haber hecho. Lamentablemente hay que sospechar y estar alertas”.

Sobre este último punto, Venegas opinó lo contrario. “A los trabajadores de la salud, fuerza, ánimo, confianza, que el Ministerio de Salud Pública y su autoridad va a responder”, dijo. Puertas adentro, el funcionario insistió en que se pueden fortalecer los controles pero “no fallaron” y explicó que el accionar de los dos enfermeros, que según ellos mataron por piedad a los 15 pacientes, fue “una acción criminal” que no se podía haber detectado. El diputado oficialista Alvaro Vega respaldó al ministro, asegurando que es “imposible controlar lo que pasa en todos lados”. “¿Qué pretenden, que pongamos al Servicio de Inteligencia en los hospitales?”, agregó.

Por su parte, el opositor Solari propuso “filtrar y analizar previamente” al personal de enfermería y a los médicos antes de que ingresen a trabajar en urgencias y salas intermedias y exámenes periódicos para detectar situaciones de estrés. Su propuesta sería evaluada por el gobierno. Otro de los temas que ya venían hablándose en los días previos fue “el corralito” que, según la oposición, existe en torno del seguro médico que se aplica en Uruguay y burocratiza el cambio de mutuales médicas. Desde hace una semana, cuando se divulgaron los casos, cientos de afiliados quieren dejar la Asociación Española, una de las clínicas más prestigiosas de Uruguay.

El que contestó sobre el tema fue el director de la Junta Nacional de Salud, Luis Enrique Gallo, quien insistió en que el cambio puede hacerse por las vías normales, es decir, iniciando trámites donde se justifique el cambio, haciendo saber las críticas y disconformidades con el servicio. “Esta es una crisis inédita en la salud”, advirtió el funcionario.

Dentro de la reunión también hubo espacio para instalar pujas dentro del propio gabinete de ministros. Consultado por Página/12, el diputado blanco Javier García criticó al ministro Venegas “por falta de conocimiento y de mando”. García también destacó: “El ministro del Interior (Eduardo Bonomi) sabía de la investigación hace tres meses y no se lo comunicó a su par de Salud. ¡Y eso que son compañeros de gabinete!”. Según García, esto deja a Venegas ante la sociedad como un ministro “nominal, inexistente”. “Hasta funcionarios de segundo rango del (hospital) Maciel estaban enterados”, dijo.

Al salir de la audiencia varios periodistas preguntaron sobre este punto a Venegas, quien les aclaró: “El ministro de salud pública trabaja para resguardar el bienestar de la gente en términos de salud y el ministro del Interior tiene otra función, esa función hay que preguntársela a él”. Ante la insistencia de los cronistas, Venegas, de mal humor, apeló a la tautologogía: “El ministro de Salud Pública es el ministro de Salud Pública”.

Durante la reunión, el ministro informó sobre los controles a los Centros de Internación de todo el país y los planes para mejorar las auditorías. La oposición casi no habló de estos temas. Se apuntó, como le dijo García a Página/12, a las responsabilidades de “policía” y de “superintendencia” de la salud que tiene Venegas. “No contestó por qué no advirtió esto antes, ése es el centro de la cuestión”, abundó. El ministro aseguró haber dado “explicaciones cuantitativas y cualitativas” y afirmó: “Cuando hablamos de números, estamos hablando de ciudadanos. Hemos tomado decisiones técnicas y profesionalmente ajustadas a nuestra realidad”.

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