SOCIEDAD › NUEVO PROGRAMA DE PREVENCIóN DEL CáNCER DE CUELLO DE úTERO
Se implementará en Jujuy, donde la incidencia de la enfermedad es muy alta. La mujer obtiene por sí misma la muestra de células vaginales y un agente de salud la va a buscar a su casa. Reemplaza ventajosamente al Papanicolaou.
› Por Pedro Lipcovich
“¿No querés que te ayude a tomar la muestra?”, dirá el novio. “No, gracias, me arreglo sola”, contestará la novia. Este diálogo será posible dentro de pocos meses –en la provincia de Jujuy–, gracias a un nuevo programa de prevención: se basa en un test sobre una muestra de células vaginales que la mujer obtiene por sí misma, sin necesidad de ir a un servicio de salud. El programa se dirige a prevenir el cáncer de cuello de útero, y el test –que reemplaza parcial y ventajosamente al Papanicolaou– se aplica desde fines del año pasado en el sistema público jujeño, pero con el sistema tradicional de obtención de muestras. En los próximos meses comenzará a implementarse la “autotoma”, por la cual la mujer misma obtendrá la muestra, que será retirada a domicilio por un agente de salud. La autotoma –probada con éxito en México y Chile– da respuesta tanto a las dificultades llamadas subjetivas –mujeres que, por pudor, se resisten a que un ginecólogo tome la muestra– como a las objetivas –falta de profesionales en zonas apartadas, problemas para concurrir a los centros de salud–. “¿Y después de la autotoma no querés que te ayude?”, insiste el novio, y la respuesta de la chica ya no concierne a esta nota.
El nuevo test de VPH (virus del papiloma humano) “determina si la mujer es positiva para los tipos de virus de alto riesgo, que pueden provocar cáncer –explicó a este diario Silvina Arrossi, coordinadora científica del Programa Nacional de Prevención del Cáncer Cervicouterino–: hay más de cien tipos de VPH, pero sólo entre 13 y 17 son de alto riesgo, oncogénicos. Este test detecta los de alto riesgo con una sensibilidad altísima, superior al 95 por ciento. Por eso, cuando el resultado es negativo, se puede esperar tres a cinco años hasta el siguiente testeo. En cambio, el Papanicolaou (tradicionalmente utilizado) tiene una sensibilidad sólo moderada, puede haber falsos negativos y por eso hay que hacerlo con más frecuencia”.
En el caso de que el test de VPH dé positivo, quiere decir que la mujer tiene VPH de alto riesgo y entonces, sí, hay que hacer un Papanicolaou para detectar posibles lesiones. Si las hay, se tratan y, si no, “la mujer debe controlarse porque tiene riesgo aumentado de desarrollar lesiones y eventualmente cáncer”, advirtió Arrossi.
El test se aplica sólo a mujeres de 30 o más años. “Es que en la mayoría de los casos el VPH se elimina de manera espontánea –señaló Arrossi–: el 80 por ciento de la población, mujeres y hombres, entra en contacto con el virus, pero sólo en algunos casos persiste y es la principal causa del cáncer cervicouterino. Si a los 30 años se detecta un VPH, es probable que el organismo no haya logrado eliminarlo en forma espontánea.”
El test de VPH es una prueba de alta tecnología, que identifica el ADN del virus. Hasta el año pasado sólo estaba disponible en el sector privado, pero “desde el 1º de diciembre de 2011 se aplica en el sistema público de la provincia de Jujuy (una de las más afectadas por el cáncer de cuello de útero) en forma gratuita. El proyecto es extenderlo a todo el país”.
En cuanto a la autotoma –proyecto desarrollado por el Instituto Nacional del Cáncer–, “diversas investigaciones (incluido el trabajo ‘Lo que piensan las mujeres’, elaborado por el Ministerio de Salud de la Nación) indican barreras subjetivas para estos testeos: muchas mujeres sienten vergüenza si el que toma la muestra es un hombre y no siempre se cuenta con profesionales mujeres; y hay zonas rurales, donde el ginecólogo va sólo una vez por semana o cada 15 días, o donde el acceso es difícil”.
La implementación experimental de la autotoma –probablemente a partir de julio– se sustentará en el desarrollo que alcanzó en Jujuy el trabajo de los agentes sanitarios: personas de la comunidad, capacitadas y remuneradas, que visitan a las familias para controles de vacunación, seguimientos de embarazo y otros. “La idea es que el agente sanitario le ofrezca a la mujer la posibilidad de hacerse la toma; después, pasará a buscar el tubito con la muestra y lo enviará al laboratorio público”, explicó Arrossi.
La autotoma ya se aplica en México: “En una experiencia en el estado de Morelos, más del 95 por ciento de las mujeres la aceptaron, y se extiende al resto del país”, contó Arrossi. Además, “la Universidad Católica de Chile hizo una experiencia en la cual prácticamente todas las que hicieron la autotoma manifestaron que en lo sucesivo preferían este sistema, antes que concurrir al centro de salud”.
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