Vie 04.05.2012

SOCIEDAD  › OPINION

Con la bandeja servida

› Por Horacio Cecchi

Intentemos salir del espectáculo dantesco que se propone en un caso semejante para tratar de analizar las marcas que nos va dejando, indelebles pero poco visibles. No propongo descubrir las responsabilidades sino todo lo contrario, olvidarnos de ellas, de quién o quiénes hayan sido que cometieran el cuádruple crimen y de sus motivos. Olvidarnos de algo tan tentador cuando todos los elementos de juicio parecen servidos en bandeja para que el público emita su juicio. Propongo, en cambio, que se analice quiénes sirven la bandeja. En el caso, hay un juez, un fiscal, uno de los varios abogados intervinientes y las hipótesis iniciales, que marcarán a fuego el caso en la conciencia del público, antes de que dictamine su juicio.

Y también persiste un estilo.

El fiscal, Alvaro Garganta, pocas horas después de cometido el crimen se dejó llevar por las hipótesis policiales y habló antes de tiempo, atrapado en la aspiradora de las cámaras, para decir que el caso estaba resuelto, que había participado una sola persona. Señaló, ante los medios, digamos con bastante facilidad. El juez, Guillermo Atencio, imposible llamarlo de Garantías del debido proceso. Desde el principio acusó junto al fiscal y ante los medios. Fiscal, juez e hipótesis fueron soportadas con el batir de tambores del abogado de los familiares de las víctimas, Fernando Burlando, quien obviamente no está obligado como aquéllos.

Pese al fiscal y al abogado, pero mucho más pese al juez de presuntas Garantías, el ADN no coincidió con sus certezas previas. La Cámara ordenó la liberación. Vino a poner orden, a decir que las pruebas científicas estaban en contra de lo que habían asegurado fiscal, juez y abogado. Pero el clamor en el espacio público fue inevitable. La sociedad ya había comido de la bandeja errónea, consumió su juicio antes de reflexionarlo y emitirlo.

Ahora, el mismo fiscal, el mismo juez y el mismo abogado vuelven a la carga otra vez ante los medios, antes de tiempo, con nuevas hipótesis para salvar e insistir en sus certezas anteriores.

En esta columna no importa quién o quiénes serán hallados culpables del cuádruple crimen. Lo que importa es que la Justicia encuentre a quien deba encontrar y no al más fácil.

Una bandeja semejante fue servida tras el crimen de Candela, donde también hubo un fiscal urgido, un juez de Cámaras y un abogado batiendo parches.

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