Desde el domingo pasado, más de sesenta familias volvieron a dormir bajo el techo del predio que hace décadas fue el Patronato de la Infancia (Padelai), en San Telmo, y donde, desde el año pasado, funciona una sede del Centro Cultural de España en Buenos Aires (Cceba). “Tomamos posesión de nuestra propiedad. Recobramos lo que es nuestro”, explicó a este diario Carlos “Tito” Vargas, integrante de una denominada Cooperativa de Vivienda, Crédito y Consumo San Telmo, entidad que sostiene tener escriturado a su nombre el 70 por ciento de la propiedad. “El hispano estuvo con nosotros acá mismo hace unos días, le dijimos y no se oponía a nuestra toma”, dijo Vargas, con relación a una reunión que “la Cooperativa” habría mantenido con el director del Cceba, Ricardo Ramón Jame, en el edificio de Balcarce al 1100. Consultado por este diario, el funcionario español negó terminantemente esa versión. “Sí me he reunido con el abogado de los ocupas (Augusto César Arias) en mi despacho, pero como recibo a todo el mundo. Ahora, que digan que entran a ocupar el lugar con anuencia es el colmo de la mentira total. Se lo he dicho al fiscal esta mañana: es un invento de tebeo”, replicó Ramón Jame en diálogo con Página/12.

“Estoy en contra de esta ocupación, pero no puedo hacer nada, soy una persona extranjera. Es una pena, pero si esto no se soluciona, se está planteando que vayamos a hacer el proyecto de cooperación cultural iberoamericana que teníamos para aquí a otro lado. Hasta el dinero de la realización de este proyecto estaba salvado, porque sale de un presupuesto ya aprobado”, dijo el director del Centro Cultural. Aun cuando no haya actividades, evaluó el funcionario, el espacio de cuatro mil metros cuadrados que ocupa media manzana (delimitada por las calles Balcarce y Humberto Iº y la avenida San Juan) demanda entre 8 y 9 mil euros mensuales en mantenimiento.

Sobre la vereda permanecen las carpas y algunas pancartas con que la cooperativa reclama desde hace cerca de nueve meses. En la puerta de Balcarce 1150, la guardia policial es permanente. De a ratos compartida entre la Policía Federal y la Policía Metropolitana, de a ratos a cargo de un oficial. Que el ingreso al lugar se franquee o no depende de que el nombre de la persona figure o no en una lista. “Es la lista de autorizados por la fiscalía”, explicó Vargas, que a sus 50 años recuerda haber conocido el ex Padelai en 1979 y, desde entonces, haber permanecido allí hasta febrero de 2003, cuando todos los ocupantes fueron desalojados.

Cae la tarde y por la galería que circunda lo que fue un patio y ahora es una extensión verde brillante corretean niños, algunos con vasos de plástico porque la merienda se extiende. Sobre algunas mesas improvisadas, algunas mujeres toman mate. Se va el sol. “Hay 62 familias en la toma, otras 28 afuera. 63 niños, aunque la cantidad varía, porque para poder llevarlos al colegio algunos prefieren que duerman en otro lado, con otros familiares”, explica Vargas, quien refiere la gestión del intendente Carlos Grosso como antecedente de la postal de hoy. “En esa época presentamos proyectos para hacer viviendas, locales comerciales, un anfiteatro. La cooperativa se asociaba con un inversor. En esa época el Concejo Deliberante lo aprobó. Quedó en nada. Pero soy una de las personas que en 1991 firmó la escritura” por la cual el 70 por ciento del lugar correspondería a la cooperativa. Sin embargo, aquel acuerdo nunca se cumplió. “En 2007, 2008, el (actual) ministro de Cultura (porteño) Hernán Lombardi se interesó por nuestro proyecto, pero después firmó con ‘el hispano’.” Los funcionarios del área de Cultura optaron por no hacer declaraciones.

En 2009, la Legislatura de la Ciudad aprobó la expropiación del inmueble. Poco después, el gobierno porteño firmó un convenio con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid): el texto establecía que la institución podría disponer durante 30 años del lugar en comodato, a cambio de que allí concretara el proyecto de un centro cultural. Hasta septiembre del año pasado, cuando quienes ahora tomaron el edificio instalaron la carpa de protesta en la vereda de Balcarce al 1100, el Cceba desarrolló actividades abiertas al público. Hasta abril de este año, cuando se desarrolló Ciudanza, programó actividades públicas pero cerradas para limitar la concurrencia, porque –explicó Ramón Jame– “es preciso todavía realizar obras”.

“El abogado Arias me vino a ver por si podía llegar a un acuerdo conmigo”, recordó el funcionario español. “Pero imaginate que tú alquilas una casa, que es lo que hemos hecho nosotros, y porque tiene un problema con el dueño una persona se mete. ¿Qué haces? Esto fue una cesión no de Macri, que hay mucha gente que cree eso. Fue una cesión de la Legislatura de la Ciudad, fue una ley votada por todos los partidos políticos, porque consideraban que la experiencia que tenía la Agencia Española de Cooperación en rehabilitación de edificios era auspiciosa. Ese lugar estaba muerto, sin uso.”

Según Ramón, Arias le advirtió que tomarían el lugar. Llama la atención entonces que no hubiera mediado denuncia policial: los ocupantes ingresaron sin forzar la puerta.

El abogado Arias trabaja junto a su padre, el ex ministro de Justicia de Carlos Menem, César Arias. El estatuto de la Cooperativa de Vivienda San Telmo se encuentra actualmente en disputa. Al día de hoy, el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) no reconoce su existencia, que es objeto de un litigio.