SOCIEDAD
› HACE CINCO MESES DENUNCIARON SU RAPTO PERO LO BUSCA LA JUSTICIA
El misterioso secuestro del prófugo
La familia de Juan Marcelo Ramírez denunció el secuestro hace cinco meses. Pero un juez había pedido su captura por homicidio.
› Por Raúl Kollmann
El hombre pasó, sin escalas, de supuesto secuestrado a prófugo de la Justicia y buscado por homicidio. El llamativo caso es el de Juan Marcelo Ramírez, teóricamente secuestrado el 11 de diciembre pasado y por el que su familia ha hecho dramáticos llamados para que los secuestradores lo liberen. “Ya llevamos casi cinco meses sin saber nada de él”, señalaron su padre, Venancio, su madre, María, y varios de sus primos. Sin embargo, en los últimos días apareció un nuevo y extraño dato, al que Página/12 tuvo acceso en forma exclusiva: el 13 de diciembre, o sea, dos días después del supuesto secuestro, el juez Fernando Rodríguez Lubary de la Capital Federal, secretaría número 153 a cargo de la doctora Silvia López Crespo, ordenó su captura por un homicidio ocurrido dos años antes y en el que una banda intentó asaltar el comercio Los Amigos, propiedad de una familia de origen chino, un hecho en el que fue asesinado el vigilador, Ernesto Meza. Según se sabe, a raíz de aquel crimen, Ramírez estuvo escondido en el Paraguay durante dos años, pero al regresar ocurrieron dos cosas: el juez pidió su captura y él fue supuestamente secuestrado. Las hipótesis de los investigadores ahora son dos: que no está secuestrado sino prófugo o que se haya producido una especie de ajuste de cuentas dentro de la banda que asaltó aquel comercio o dentro de alguna otra banda a la que se hubiere integrado.
Después de la desaparición de Juan Marcelo Ramírez, su padre, Venancio, recibió una primera llamada. Según relató, le pidieron que agarrara algo para escribir y le fueron dictando, letra por letra, la palabra secuestro. La familia sostiene que los secuestradores le pidieron a Venancio 500.000 dólares, una cifra desproporcionada para un hombre que tiene un locutorio, un almacén y varias combis para trasladar pasajeros.
La extraña historia se habría iniciado .-según los Ramírez-. el 10 de diciembre cerca de la medianoche, cuando Juan Marcelo salió con una de las combis. En la puerta de la casa de una amiga, en José León Suarez, lo habrían abordado dos personas al grito de “Alto, policía”. La siguiente noticia –siempre de acuerdo con los dichos de la familia– fue aquella llamada en que le deletrearon al padre la palabra secuestro y poco más tarde le pasaron una grabación con la voz de su hijo. La última prueba de vida y en verdad la última comunicación se produjo el 17 de diciembre, cuando le habrían dejado al padre una carta manuscrita de Juan Marcelo en la que decía: “Papá, hacé algo por favor, yo no quiero morir”. El tono de la carta era de súplica para que pagara, incluso vendiendo las combis y cualquier otro bien de la familia. Nunca hubo más comunicaciones de los secuestradores, algo que llamó la atención de los investigadores de la Bonaerense. Las bandas suelen negociar, buscar acuerdos, intentan cobrar el rescate y es raro que Juan Marcelo y el grupo que lo tenía secuestrado se hayan evaporado.
El caso, a cargo del juez federal de San Isidro, Roberto Marquevich, tuvo un episodio espectacular, muy difundido por los medios: la detención, en abril, de cuatro sospechosos. Fue justo en el momento en que Marquevich alertaba sobre la ola de secuestros y quería constituirse en una especie de abanderado de la lucha contra ese delito. Según pudo saber este diario ayer, los cuatro sospechosos .-algunos con antecedentes en tráfico de drogas– están ahora en libertad, aunque a dos de ellos se los mantiene vinculados a la causa.
Pero el elemento que más impacta en el caso es la revelación exclusiva de este diario de que a Juan Marcelo Ramírez se lo busca desde hace rato por un asesinato y que en diciembre, cuando se produjo el misterioso secuestro, el juez Rodríguez Lubary había pedido su captura. En un oficio que el magistrado le hizo llegar a la Subdelegación de Investigaciones de Vicente López de la Policía Bonaerense, el juez dice que “en la causa número 136.070/00, seguida contra Marcelo Ramírez, instruida en orden aldelito de homicidio, se ordenó el 13 de diciembre la captura de Juan Marcelo Ramírez”.
Según el expediente que está en poder de Rodríguez Lubary, el 11 de diciembre de 2000 hubo un intento de robo en el comercio Los Amigos, de la calle Mazoni 71, y mataron al vigilador privado, Ernesto Meza. A raíz de ese homicidio, Ramírez se refugió en Paraguay, el país del que provienen sus padres, y se quedó allí por dos años. Cuando volvió, la orden de captura volvió a emitirse y ello llamativamente coincidió con el supuesto secuestro. Las hipótesis son dos:
- Ramírez no está secuestrado sino prófugo. Se esconde para que no lo detengan y armó toda una pantomima para tapar la acusación por homicidio. En esa línea, el secuestro sería sólo una artimaña y tal vez una maniobra para sacarle dinero a su familia.
- La otra alternativa es que hubo algún tipo de confrontación dentro de la banda que integraba Juan Marcelo. Los cómplices entonces terminaron secuestrando al joven y haciéndolo desaparecer.
Lo concreto es que Ramírez pasó a estar bastante más en la lista de prófugos que en la lista de secuestrados.
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