SOCIEDAD
› ACCIDENTE EN UNA BARRERA DE VILLA CRESPO
El colectivero cruzó igual
Un colectivo de la línea 65 cruzó una barrera baja y fue embestido por el tren. El colectivo hizo un trompo y se estrelló contra varios autos. Hay veintiún heridos, tres muy graves.
“El tipo es un asesino, no se puede creer lo que hizo, estuvo a punto de desencadenar una tragedia.” Dos mujeres, testigos presenciales de lo ocurrido, descalificaron así al chofer de un colectivo de la línea 65 que ayer por la tarde atravesó con las barreras bajas el cruce ferroviario de Dorrego y Otero, cerca de la cancha de Atlanta, en Villa Crespo. El vehículo de pasajeros fue embestido por un tren de la empresa Metropolitano mientras cruzaba en zig-zag y, luego de hacer un trompo, chocó contra cuatro coches que esperaban correctamente y terminó estrellándose contra un árbol. Hubo 21 heridos, tres de ellos de gravedad, entre los pasajeros del micro y los conductores de los automóviles que quedaron involucrados en el accidente. Un joven que sufrió heridas en la cara tuvo que ser sacado del vehículo por los bomberos, que rompieron una puerta del rodado.
El interno número 8 de la línea 65, que cubre el recorrido entre Plaza Constitución y Barrancas de Belgrano, fue protagonista del espectacular accidente. Hasta anoche, el nombre del conductor era mantenido en reserva y se dijo que había sufrido heridas leves. El accidente ocurrió a las 13.50 en un paso a nivel ubicado a pocas cuadras de la estación Chacarita. El vocero de la empresa concesionaria Metropolitano, Fernando Jantus, confirmó que el accidente se produjo porque el micro “cruzó con la barrera baja”. El encargado de prensa de Metropolitano explicó que “el colectivo de la línea 65 esperó a que pasara un primer tren y luego decidió pasar con la barrera baja, sin advertir que en sentido contrario venía otra formación que lo embistió” en su parte trasera.
El médico coordinador del Sistema de Atención Médica de Emergencia (SAME), Germán Fernández, confirmó que 21 personas habían recibido atención médica en distintos hospitales y que otras sufrieron lesiones leves y se fueron de inmediato a sus domicilios. Incluso hubo algunos lesionados en el tren que embistió al colectivo. Fernández precisó que siete de los heridos fueron derivados al Hospital Tornú, entre ellos “un menor cuyo estado de salud es muy delicado”. Otras cuatro personas fueron trasladadas al hospital Rivadavia, cuatro más al Pirovano, dos al Fernández y uno al Durand. Según Fernández, era “grave” el estado de dos de los heridos llevados al Pirovano.
Dos mujeres que iban en uno de los autos embestidos por el colectivo durante el violento trompo posterior al choque con el tren recordaron que “no sólo las barreras estaban bajas sino que el tren, cuando vio que se le cruzaba el colectivo, alcanzó a disminuir un poco la velocidad y hasta hizo sonar la bocina, pero el colectivero siguió su marcha sin hacer caso a ninguna de las advertencias”.
“Después del choque contra el tren, el colectivo hizo un trompo y se vino encima nuestro. La verdad es que sentí que había llegado el día de mi muerte. Lo único que puedo decir es que este tipo (por el chofer de la línea 65) es un asesino”, explicó una de las mujeres, que iba al volante del automóvil, que junto con otros diez, por lo menos, esperaba sobre la avenida Dorrego que se levantara la barrera para cruzar las vías. “¿Qué excusa puede poner el colectivero? ¿Que estaba apurado? Hoy (por ayer) es sábado y no creo que hubiera mucha gente que fuera a trabajar, de manera que no hay ninguna excusa para hacer lo que hizo.”
Una segunda mujer, que estaba en el asiento trasero de uno de los autos chocados por el colectivo, coincidió en que cuando vio venir al micro pensó que era “el último minuto” de su vida. Calificó lo vivido como “una cosa corporal imposible de describir porque era sentir que la muerte se nos venía encima”. La testigo consideró que “es evidente que con este nivel de estrés no se puede estar al comando de un colectivo, no se puede estar conduciendo pasajeros”.
La espectacularidad del múltiple choque hizo que en pocos minutos llegaran al lugar no menos de 15 ambulancias del SAME y de distintos hospitales de la zona y una decena de patrulleros. Las barreras se bajaron para dar paso a un tren de Metropolitano que cubría el trayecto Retiro-José León Suárez. En ese momento, unos diez rodados esperaban pacientemente para cruzar las vías, hasta que el interno de la línea 65 se adelantó a la hilera y literalmente “se mandó sin mirar” y sin darse cuenta de que venía avanzando otro tren que iba rumbo a la estación Retiro.
“Estaban las barreras bajas. Ya había pasado un tren y el colectivo se tiró y lo agarró de atrás el tren que venía del otro lado y que le había tocado bocina”, confirmó una tercera mujer que presenció el accidente. La parte trasera del micro quedó totalmente destrozada y en esos lugares iban los pasajeros que resultaron más lastimados. El impacto fue tan grande que el colectivo giró por lo menos una vez y se sacudió violentamente, hasta detenerse luego de chocar contra un árbol. Fuentes policiales confirmaron que el chofer del micro es uno de los heridos y que cuando se recupere quedará detenido hasta que la Justicia lo determine.
“Hay algunos casos con traumatismo de cráneo, con y sin pérdida de conciencia, que se están evaluando para saber si tienen que seguir internados, pero la verdad es que fue una desgracia con suerte, porque pudo haber muchas muertes”, admitió el coordinador del SAME. El secretario de Salud porteño, Alfredo Stern, precisó que uno de los pasajeros del colectivo sufrió un traumatismo de cráneo que reviste cierta gravedad y otro un golpe en el estómago, con el agravante de que sufría una dolencia en el bazo que obligó a su internación.